Hoy os traigo un tema que nos trajo unos pocos quebraderos de cabeza, parece mentira que la elección de unos simples anillos se complique tanto pero claro, no son unos simples anillos son los anillos de tu boda y quizá el primer problema es que os gusten a los dos tanto como para llevarlos a menudo. Por que está claro que cada uno tiene sus preferencias. Lo primero que teníamos clarísimo era que 0 oro.
Nunca he llevado oro y para mi gusto en mi piel no luce. Tampoco queríamos los típicos anillos redondeados y simples, sabíamos que NO queríamos el problema era ¿que queríamos? Mirabamos y mirabamos y nada nos convencía o muy recargados, o muy sosos...
Hasta que por fin mi novio se enamoró de un anillo de acero, hasta ahí perfecto pero en ese momento descubrimos el segundo problema, la talla. Las casas de acero no hacen tallaje tan pequeño como para mis dedos ni tan grande para los de él, al menos las que nosotros consultamos. Después de saber que queríamos al fin no ibamos a cambiar de opinión y es que conseguir saber lo que quieres en ocasiones es todo un reto.
Decidimos seguir buscando y estabamos dispuestos a recorrer toda Tarragona si hubiese hecho falta, que por suerte no tubimos que recorrérnosla jiji suerte la nuestra.
Fuimos a una joyería del barrio y allí estaban, exactamente los que queríamos, con los colores invertidos pero no nos importaba, incluso así nos parecían más perfectas. ¡Qué descanso! Encontradas y encargadas, no nos podíamos sentir mejor y ahora a la espera de dar el tallaje y que comience la fabricación. ¡Da gusto quitarse un problema de en medio! Y seguir con otras cosas igual de imprescindibles!
Besitoooooos!