Y llegó de la mano de Embelesarte. Una empresa joven de Sevilla pero formada por profesionales del sector con amplía experiencia. Acabábamos de desayunar y de abrir los diferentes detalles así que una llegaba al taller con la ilusión de la mañana de Reyes y el estómago lleno… Y sí, no os voy a mentir una así va más predispuesta. Todas las Novias con Morriña entramos de nuevo en la sala y nos fuimos corriendo a ver de cerca los ramos que estaban expuestos.
No os voy a engañar, vi los ramos, miré a Marina de Martina se Casa y a Inma de Mi Boda DIY y les dije bajito “¿luego nos los quedamos no?” Y es que yo ya había decidido en ese momento que me lo dieran o no, un ramo de esos era mío. ¿Mi favorito de todos? Lo había visto ya, ese ramo de primera fila compuesto entre otras flores por anémonas. Las anémonas son esas flores a las que llamo yo “amapolas de las buenas”, así para entendernos, y son junto con las amapolas de verdad la única cosa sobre la faz de la tierra en la que me gusta el color rojo.
Se nota (y mucho) cuando alguien te habla y explica cosas de su trabajo con todo el amor del mundo y la ilusión, las chicas de Embelesarte derrochan amor e ilusión por su trabajo, por las flores, y te la contagiaban. Mientras ellas nos explicaban y nos enseñaban los diferentes ramos, nosotras íbamos leyendo a la par esos apuntes que nos prepararon (y que, tengo que reconocer, que con mi vena desastre me los deje en Sevilla :(, operación fotocopia de otra Novia con Morriña en marcha) y dónde descubríamos las flores más utilizadas para las bodas y sus características: desde mis adoradas anémonas hasta las gerberas que lucía una amiga mía en su boda 15 días antes que la mía, pasando por la bella y socorrida paniculata, los tulipanes o las elegidas para mi ramo de novia: las hortensias.
A la par, íbamos viendo fotos de los diferentes trabajos realizados por ellas en bodas para apreciar mejor cada tipo de flor. Y como un ramo no es sólo cortar tres flores ponerles un lazo y cogerlo, también aprendimos los diferentes tipos de ramos y algo que me pareció muy importante, la forma de coger y llevar el ramo según cómo sea. Que si, que estoy segura de que da igual que te sepas la teoría de cómo llevar el ramo porque el día de la boda con tus nervios y los del mundo entero probablemente no recuerdes dicha teoría y lleves tu bouquet a modo de micrófono, tu ramo de tallo largo boca abajo o tu ramo de presentación sin presentación… Vale, eso puede saber pero sabiendo cómo llevar cada ramo estoy también segura de que en algún momento a lo largo de tu día recordarás cómo era la manera correcta de llevarlo y lo llevarás bien. Quizás sólo sean unos segundos pero tú sonreirás orgullosa de tu misma. Más aún.
Después de la parte teórica, durante la cual he de decir que también nos pusimos moradas a gominolas gracias al carrito de chuches que nos preparó Que Se Besen y que no dudamos en desmontar y colocar sobre la mesa para desgustar… Y una se atiborro de sus gominolas favoritas aún dándole alergia… pero es que la tentación era muy fuerte!!!
Eáh! Ya me he ido de donde venía… Decía que después de la parte teórica llego la hora de anular la operación robar ramo ya que las chicas de Embelesarte dijeron que nos daban uno a cada una. ¿Cómo? ¿Perdona? ¿He escuchado bien? Os juro mi amor eterno desde ya. Y allí estábamos, en medio de un sorteo por aquello de no pelearnos por los ramos cual solteras en una boda porque aunque algunas hay que, como dice Oh My Kit! se hagan las muertas para que nos les caigo el ramo… No era el caso de ninguna de las 9 que allí estábamos.
Os preguntaréis si en el sorteo me tocó mi ansiado ramo de las anémonas. No. Me toco el ramo de gerberas naranjas. ¿Qué hice? Fotaza rápida con el móvil para publicarla en las diferentes redes sociales… Me había tocado un ramo con la misma flor que la boda de mi amiga!!!! A mi lado, Alba de Historia de una Boda Real sostenía en las manos su ramo de anémonas… Yo no sé muy bien cómo paso pero le debí poner cara de cordero degollado sin darme cuenta porque ella me preguntó un “¿quieres que te lo cambie?” al que yo tardé 0.1 segundos en responder que sí. Y es que cuando una tiene un capricho, lo tiene.
Llegaba ahora la foto oficial de grupo. Novias con tocados y con ramos. ¿Quién quiere más?
Después de esta, nos desperdigamos por toda la sala, cotilleamos y escudrijeamos los ramos de cerca, nos hicimos mil y fotos y Mari Carmen de Por ti Me Casaré y yo descubrimos que sólo nosotras éramos capaces de salir sin glamour alguno en fotos donde todas las demás derrochaban glamour. Nos reímos de nosotras mismas y volvimos a ponernos delante de la cámara. Y no, las fotos anti glamour no las vais a ver en este post… pero las veréis…
El momento que muestra estas tres fotos fue para mi uno de los más divertidos del día. Estábamos allí, sonriendo , riéndonos y cambiando de postura ante los disparos de Toñi Olalla y parecía que no existía nada más. Cursi si, pero fue así. Desde este momento, los ramos nos acompañaron durante todo el día.
Después de la comida y ya en los exteriores del Monasterio Monte Carmelo, Alba que no podía llevarse el ramo de vuelta a Barcelona tiro el ramo. 8 novias y un sólo ramo, imaginaros!!! 8 novias a las que les pudo la envidia y decidieron que ellas también tiraban su ramo… ¿Por qué no?
No os voy a engañar. A estas alturas del día y por mi poco cuidado y algún que otro choque de ramos, mi ramo comenzaba a estar un poco más feo de lo que debería… Sí, me estaba cargando el ramo pero no me importaba, estaba disfrutando tanto de él y con él que me daba igual. Aún así, mi ramo llego a Sevilla…
…y allí, a orillas del Guadalquivir y con el Puente de Triana de fondo, le tiré el ramo a tres chavales adolescentes. Rondaban los 18 y se fueron por la orilla con su ramo… Prometieron buscar a las Novias con Morriña en FB y no sé si lo han hecho pero estoy segura de que mi ramo de Embelesarte terminó aquella noche del 22 de Marzo en manos de alguna adolescente sevillana. Y seguro que el chico se llevo algún que otro beso.
Y como yo soy muy de “no sin mi ramo” le robé el suyo a Mari Carmen, así sin despeinarme y con mi ramo nuevo me fui de paseo por Sevilla. No todas las Novias con Morriña son tan desastres con las flores como yo por lo que los ramos duraron todo el día… Prueba de ello da esta foto a la salida del restaurante Río Grande donde cenamos 12 horas después de haberlos visto por primera vez.
Y no sólo esto, sino que los ramos se fueron de viaje a las diferentes casas de las chicas y formaron parte de su decoración algún día más como os cuenta aquí Marina de Tormenta de Arroz.
Yo me volví a Asturias sin mi ramo así que no me quedo más remedio que arrancar alguna que otra amapola de esos Campos de Castilla.