1840 km dan para mucho. Y todo bueno. Durante estos 1840 km he vivido un montón de cosas.
1840 km que sirvieron para volver a disfrutar y exprimir a mis amigos del pueblito bueno,para volver a saber que con pipas y cerveza somos los más felices del mundo. 1840 km para volver a ser una enana con mis primas y aluciflipar con cómo lee la pequeña (se nos hacen grandes!). 1840 km de cervecitas y más cervecitas a precios regalados, de sonrisas, de ilusiones, de preparativos. 1840 km en los que mis Converse de novia han decidido que ellas mejor se jubilan ya, en los que mis Nuria Cobo volvieron a su ciudad de origen.
1840 km para pasar Novias con Morriña en el Monasterio de Montecarmelo, un sitio que transmite Andalucía por los 4 costados, 1840 km para tomarme una cervecita a la salida del colegio como si de una madre se tratara con Inma de Mi Boda DIY y Marina de Martina se Casa, con niña incluida, para desayunar como Reyes y barato, barato con Pilar de Ir de Boda y su marido, Marina de Tormenta de Arroz, Mari Carmen de Por Ti me Casaré y Genma y David de Tu vida en un Vídeo.
1840 km para comer, tapear, picar algo y volver a comer… Los cuerpos hay que mantenerlos. 1840 km para hacer el chorras delante de la cámara de Toñi Olalla, para reírte como nunca y disfrutar de las cámaras de vídeo (ahora sí, yo he nacido para el vídeo…!) de Tu Vida en Video, para conducir vestida de novia, para llenar una bolsa de detalles tan chulos que por momentos creía que era el 6 de Enero y había sido buenísima todo el año….
1840 km para tener esa sensación de “estoy saliendo horrible en todas las fotos y qué poco fina soy posando pero me lo estoy pasando tan bien que me quiten lo bailao”, 1840 km para hacernos un selfie, y dos, y tres. 1840 km para desvirtualizar a Alba de Historia de una Boda Real, a Nati de De Bodas con Nati y a Diana de Diario de Una Novia. 1840 km para saber que tengo gente nueva con la que tomarme un café cuando vaya por la capi, cuando vuelva al sur y cuando me decida a volver a Barcelona.
1840 km para volver con una sonrisa enorme, para olvidar otra funda del vestido, para disfrutar del Puente de Triana, para tirar el ramo, para montar en descapotable, para descubrir que yo nací para llevar un tocado, para comer arroz caldoso, para chuparme los dedos con la tarta, para desayunar magdalenas andaluzas hasta en el papel. 1840 km para autofotos delante del espejo, para tunear ramos de novia, para posar en el photocall, para echar de menos a Raquel de Las Bodas de Raquel, para sentirme bien, muy bien a orillas del Guadalquivir.
1840 km para volver a casa y aterrizar de nuevo. Abrazar al señor marido que se quedo De Rodríguez y quitarse el vestido de novia y ponerse el mono de trabajo. 1840 km que me regalaron un fin de semana perfecto. 1840 km que os contaré uno por uno.