¿Qué es una niña repollo? Una niña de arras, de anillos, una niña que no lleva nada pero que va delante de la novia… Una niña que lleva un vestido pomposo, con mil capas, con un gran lazo a la cintura, con esos cuellos que se traían en los 80 y 90 que te los subías y te tapabas la cara entera, con puntillas,con frunces… Eso es una niña repollo.
Y es que yo, que odié los vestidos y veneré los chandals (los de táctel también) a lo largo de toda mi infancia siempre quise ser una niña repollo. Y nadie, nadie,me dejo. Y mira que lo pedía. Porque si, hay cosas de las que no me acuerdo de mi infancia pero recuerdo perfectamente que cada vez que alguien anunciaba boda yo pedía llevar los anillos. Y no había manera. Y mira que tengo 4 tíos. 4. Y era la única sobrina en la boda de 3 de ellos. El primero alegó que era muy pequeña, el segundo que los iba a llevar un sobrino de la novia y el tercero que la novia tenía una sobrina que lo haría mejor. Y éste me dolió mucho… porque era mi tío y mi padrino. Y porque la que resultó ser la niña de los anillos era más alta que la novia y de niña tenía ya poquito. Y yo aquello no lo entendí. Mi madre me llevaba a las bodas como niña repollo. Con unos modelos handmade exclusivos que ya quisieran muchas y que llamaban la atención pero nunca fui niña repollo completa…. porque para mí las niñas repollo eran las que llevaban los anillos. Y tengo un trauma.
Un trauma que no me importaría en absoluto quitarme y que no me da vergüenza alguna reconocer. Tengo la esperanza, la ilusión de que algún amigo/a casadero/a me quite este trauma. Yo estaré encantada de llevar los anillos. Y de ponerme un poco repollo aunque no es obligatorio. Porque la esperanza es lo último que se pierde…
Y la vida pasa. Y una deja de ser niña. Y entiende aquello de que “si no eres niña no puedes llevar los anillos”. Y una leche. Y una organiza su boda y a pesar de que tiene pocos niños a su alrededor, por no decir ninguno, ella decide que quiere niñas que lleven los anillos. Y tiene primas. Primas que en el 2012 tienen 4 y 8 años. Y se lo dice a los padres de las mismas y a ellas y todo es felicidad pura hasta que alguien dice “¿Lucía no será muy mayor para ir de niña de arras?” ¿¿¿¿Perdona???? ¿¿¿¿Muy mayor???? ¿Tú le has visto la cara de felicidad a esta niña? ¿Cómo te atreves? ¿Quieres tú crear otro trauma de niña repollo? No gracias, que con uno en la familia es suficiente y si tiene que haber más no seré yo la que lo cree.
Y cosas de la vida, meses después una se pone a vestir a sus niñas. Y madre mía de mi alma que difícil es encontrar unos vestidos iguales de 4 y 8 años porque resulta que a los 5 años cambian los modelos. ¡Tocátelas manín! Y una se sorprende cuando entre la selección de sus vestidos no hay ninguno de niña repollo. Ninguno con lazos grandes, ninguno con varias capas, ninguno con vuelo… Ninguno. ¿Qué está pasando? Yo que siempre quise ser una de ellas… Y quizás, quizás precisamente por eso descubrí a mis 27 años que les había cogido manía a esos vestidos y que yo lo que quería eran unas niñas elegantes y monas. Pero no repollo.
Y, al igual que cuando estás escayolado y no paras de ver gente escayolada por la calle, yo de repente no hacía más que ver vestidos simples monísimos para mis niñas. No paraba de encontrar por la red bodas bonitísimas con niñas estupendas y sencillas. Y convencí a la madre de las niñas de que aquello que ella pensaba que no era de boda iba a ser de boda. Y de que sus niñas iban a ser las niñas más monas que llevaran los anillos aquel 8 de Septiembre. Y que aquellas menorquinas fucsias combinaban a la perfección con aquel vestido de Zara (¡¡de Zara??? ¿cómo vamos a comprar el vestido de las niñas en Zara?!!) y aquellas diademas hechas por mi madre… Y lo fueron, vaya si lo fueron. Porque a pesar de lo que mi trauma me hiciera pensar… No siempre lo repollo es lo mejor. No siempre más es mejor. Y que casi siempre, menos es más.