Las bodas reales me parecen aburridas porque expresan muchas cosas pero poco amor. No se suelen ver más besos que unos tímidos en las mejillas, no hay miradas cómplices de verdad, no hay apretones fuertes de manos que hacen que todo el cuerpo se respigue. Las bodas reales me parecen aburridas y a ti, si entiendes las bodas como una gran fiesta del amor, también te lo parecerán.
Las bodas reales me parecen aburridas y de repente, el pasado sábado, mientras el cielo decidía romperse sobre mi ciudad, la familia real de Suecia decidía darme una lección. O dos. Suecia es un país más cálido de lo que me pensaba y las bodas reales no siempre son aburridas.
Allí estaba Carlos Felipe llegando con su bestman diciendo al mundo que si quieres, incluso siendo hijo de Reyes, puedes tener la boda que quieres, allí estaban los novios mirándose como cualquier pareja de novios en el altar, emocionándose, queriéndose, comiéndose con la mirada, poniéndose el mundo por montera y jurándose amor eterno…
La familia del novio emocionada, sin reprimir las emociones, dejando de lado los títulos, las tiaras y las bandas. El novio con su habitual barba, la novia con su espontaneidad transformada en sonrisas y carcajadas…
….los besos de amor y pasión porque una boda es para besarse, besarse y volver a besarse.
Sonaba Coldplay porque las bodas son muy bonitas cuando la música también dice algo, porque no a todos los novios les pegan los clásicos, porque las sonrisas no son las mismas cuando escuchas una canción que cuando escuchas “la” canción… Igual que no se baila igual cuando bailas por bailar que cuando bailas con el amor de tu vida, rodado de tus amigos y de un montón de compromisos por ser quien eres pero de los que has pasado, porque sí, eres quién eres pero te has casado creando una boda muy tuya….
Las bodas reales me parecían aburridas. Y ojalá las bodas reales a partir de ahora sean a lo Carlos Felipe y Sofía. Ojalá.