Según entraban los invitados a la finca ya veían el cartel indicador de madera “Bienvenidos a nuestra historia“. Al lado del cartel, colocamos un recibidor, un mueble antiguo para dar un toque vintage a la decoración. El recibidor lo decoramos con objetos también vintage como la jarra, o los recipientes para los pay pay. El mueble estaba decorado con flores de paniculata y tul blanco, jaulas y farolillos, los cuales me parecen lo más para bodas. En él, los invitados podian coger pomperos en forma de copa de champán y pay pay en forma de mariposa.También pusimos carteles retro con el hastag de la boda en diferentes lugares.
En otro lado, colocamos dos baúles rosas que anteriormente habíamos pintado y servían de soporte para la cestita de llellés (cubretacones para el césped) con sus respectivas tallas. También pusimos pétalos naturales, los cuáles iban dentro de cucuruchos realizados con blondas y plasmé en ellos el sello personalizado de los novios. Todo esto decorado con farolillos, foto de los novios y las letras love.
Durante el cóctel gracias a la empresa The Candy Car pusimos limonada y otra sorpresa que veréis casi al final. Elegimos pajitas azules y rosas. Elegimos limonada pink y mojito sin alcohol. ¡Quedó todo precioso!
Otros detalles de decoración la finca:
Como era una boda de temática viajera el seating plan y los meseros fueron acorde con ciudades y países en los que los novios habían estado o iban a visitar en su Luna de Miel. El seating estaba compuesto por globos aeroestáticos sobre un mapamundi. Los meseros a juego con la imagen del monumento de la cuidad de cada mesa y personalizado con los nombres y fecha de la boda.
En el restaurante pusimos mariposas de agradecimiento en cada copa. Las Letras Mr&Mrs en la mesa presidencial. Pusimos los detalles para los invitados antes de que llegarán al restaurante sobre las sillas, con una pinza en forma de pizarra donde ponía el nombre de cada invitado. En la bolsa podrían guardar el resto de regalos: pay pay, pomperos, mariposas… El detalle era un cd con la música que había sonado durante la boda, todo personalizado.
Para cuando acabase la cena y los invitados saliesen del restaurante, pusimos chapas divertidísimas para que cada invitado eligiese su preferida para ponérsela y disfrutar de la barra libre.
Y para finalizar, la sorpresa que os comentaba anteriormente que también nos trajeron The Candy Car, el carrito Candy bar junto a las palomitas, más precioso no pudo quedar.
Todo esto, con la ayuda de las chicas de entrelunares, muchas gracias Leti y Blanca. Fotos de Elena Buenavista.
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