Es una flor de extremos ya que es ideal para bodas campestres, al aire libre (por su apariencia silvestre); y , todo lo contrario, también es idónea para bodas románticas o con un toque griego.
La paniculata es perfecta para ser usada como relleno de arreglos florales, combinadas con otras flores (quienes se suelen llevar el protagonismo). Sin embargo, también es una flor que puede lucir perfectamente sola. Por ello, ésta fue la elegida para mi ramo de novia. Me encantó su sencillez.
Los pajes de boda (nuestros sobrinos) portaban las alianzas y anillos en pequeños farolillos blancos decorados con la misma flor.
También, la iglesia fue decorada con paniculata por su elegancia y blancura. De los bancos colgaban corazones (a conjunto y acorde con la forma del ramo de novia) y, en el altar, se dispusieron conjuntos de paniculata acompañados de grandes farolitos (al igual que llevaban los pajes).
Gracias a Marta (Floristeria Royuela) por la decoración y
a Roberto Lechado por las fotografías.
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