Seguramente muchos de los conceptos te resultarán familiares, aunque gran parte de ellos no los apliquemos al pie de la letra, pero nunca está de más recordarlos.
– Empezamos por la manera en la que deberíamos sentarnos, sin dejarnos caer en la silla, optaremos por una postura recta pero sin ser completamente rígida.
– Una vez sentados no debemos balancearnos en la silla, ni cruzar las piernas ni engancharnos en las patas. Simplemente con los pies juntos.
– Una de las normas que establece el protocolo – y que a mi personalmente me parece un tanto anticuada – es la de ayudar a las mujeres a sentarse en su sitio y esperar a que todas estén sentadas para que los hombres puedan sentarse. Cuestión de “galantería” que a mi parecer no es necesaria hoy en día, pero dicho queda.
– Si, como anfitrión, pones marcasitios; cada comensal debe sentarse en el sitio asignado sin que éste pueda cambiar ese lugar a su antojo. Recuerda que como anfitrión no es necesario que coloques un marcasitio para ti, ya sabes dónde vas a ir sentado.
– Normalmente el anfitrión o quién organiza el evento, se sienta presidiendo la mesa. Si se trata de un evento muy familiar, el invitado de mayor edad pasaría a ocupar la presidencia.
– No se cruza el brazo por delante de un comensal para alcanzar algo a lo que no llegas, como el salero por ejemplo, debes pedirle a otro comensal que te lo acerque.
– No se pincha comida del plato de otro comensal ni se pasa comida entre platos.
– No se habla ni se bebe con la boca llena.
– Son los alimentos los que se llevan a la boca y no la boca a los alimentos, es decir, que no debes inclinarte o agacharte cada vez que quieras comer.
– El pan siempre se parte con las manos y a medida que vamos comiendo, no hay que hacerlo de golpe ni jugar con él.
– Puedes ayudarte con el pan para empujar ciertos alimentos pero nunca se debe mojar en fuentes, salseras comunes o rebañar en tu plato. Tampoco se debe pinchar el pan con el tenedor.
– Se mastica con la boca cerrada y sin hacer ningún tipo de ruido. Igual que al beber, sin hacer ruido ni sorber.
– Antes y después de beber nos limpiaremos la boca con la servilleta.
– No es adecuado jugar con los cubiertos o hablar gesticulando con ellos en la mano.
– Hay que adaptarse al ritmo de la comida y de los comensales; es preferible hacerlo lentamente y evitar comer de forma acelerada, ansiosa o por el contrario, muy despacio.
– La servilleta, que normalmente está situada al lado izquierdo del comensal, debe colocarse en el regazo para poder utilizarla. Nunca en la mano ni como babero (se le permite a los niños)
– Una vez que hemos terminado de comer, la servilleta se colocará al lado derecho del plato; ligeramente arrugada sin intentar doblarla como si no se hubiera utilizado.
– Nada de tener los móviles en la mesa, lo más recomendable que no quiere decir que sea lo más correcto, es tenerlo en el bolsillo y en silencio.
– En caso de duda, si no sabes exactamente cómo debes actuar en la mesa, observa al resto de comensales o pregunta.
Y hasta aquí por hoy. Espero que te sirvan para tus próximos eventos tanto si eres anfitrión como invitado y recuerda, son normas de comportamiento social que está bien conocer y aplicar en las situaciones oportunas; no es necesario ser muy estricto en nuestras reuniones informales ;) En los siguientes posts seguiremos con la mesa semi-formal y más “normas” del protocolo básico.
Cualquier consulta que quieras hacerme no dudes en preguntarme.
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Texto Fresh&Wood | Imágenes: Brittany Wood
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