Casi todas las tartas que hacemos son para niños, con mucho colorido y muñequitos simpáticos, así que cuando nos llega la oportunidad de hacer una tarta de bodas nos hace mucha ilusión, es un cambio total de chip, pasamos del colorido a los tonos pastel, de los muñecos a las flores, de llevar mucha decoración a una decoración minimalista.
La tarta aunque no se aprecie en las fotos es grande, pesaba antes de poner el fondant más de 7 kilos, en color beig muy clarito combinado con un tono salmón, lleva rosas en tono salmón y en tono beig más claro y unas pequeñas flores en blanco.
El broche final lo ponen las figuras de los novios también realizas en fondant.
En cuanto a la tarta por dentro está compuesta de bizcocho de chocolate con almíbar de vainilla y rellena de buttercream de fresa.
Espero que os guste.