Asi es que si querés continuar con esta linda tradición, deberás pensar a cuántas de las invitadas llamarás para el momento de la liga. Según el número, igual será la cantidad de ligas que vas a necesitar. A continuación te dejo unos ejemplos de cómo deberían ser las ligas Shabby Chic.
Si podés hacer algo como esto, sería perfecto. Pueden parecer un tanto incómodas de llevar, pero no te olvides que es sólo un rato, y además podés combinarlas con algunas más finitas entre medio de las anchas. Podés usar un sinfín de elementos para decorarlas. Florcitas, perlitas, puntillas, strass, cintitas, botones y casi lo que se te ocurra, hasta un prendedor, que luego pueda quitarse y le quede de obsequio a tu amiga. Será un detalle que a ellas les encantará, y que además no suele verse en los casamientos.
Si preferís que sean más finitas, porque tenés muchas amigas, o bien para intercalar con las más anchas, estos modelos te pueden servir de ejemplo.
Estos modelos son menos cargados pero igual de bonitos y originales. La idea es que no lleves la típica liga de tul blanco con la cinta de raso y el moñito en colores fuertes.
Las ligas tendrán que ajustarse a los colores que has elegido para el entorno y para tu vestido y accesorios. Cuando levantes la falda de tu vestido, debe notarse que has cuidado todos los detalles.
Como podrás ver, la variedad es amplia, y hay para todos los gustos. Lo más importante es que puedas disfrutar ese momento y te sientas cómoda y sensual a la vez.
Si querés ver otro tipo de ligas que no sean Shabby, podés ver otras acá