Aunque a veces estos tonos suben un poco de intensidad y pueden llegar a ser medios, como el coral o el esmeralda.
En cuanto a los elementos, aprovecha los muebles antiguos y algo desgastados que puedas conseguir y combínalos con lámparas de araña, papel pintado y cualquier elemento antiguo pero elegante que puedas conseguir: espejos, vajilla, mantelería, porcelana…
El shabby chic, precisamente por su origen campestre, tiene cierta tendencia al exceso con las flores, así que no escatimes en ellas. Es una pizca de excentricidad que se permite en este estilo, un guiño al jardín.
¿Te gusta el estilo Shabby Chic para tu boda?