Siempre que me enfrento por primera vez a un auditorio en el que tengo que hablar de estos términos me surge la duda de que algunos de los oyentes no estarán de acuerdo conmigo en la importancia que tiene saber estar en sociedad.
En alguna ocasión me han tachado de arcaica y "pasada de moda", pero sigo pensando que en mi vida personal siempre me fue mejor por muy educación que por mis conocimientos y habilidades. Aún así, he de reconocer que conocer las técnicas protocolarias y tener la habilidad de usarlas en los momentos adecuados, adaptándolas a todo tipo de ambientes es una tarea ardua y en la que cada día aprendo nuevos aspectos.
Y para iniciar esta nueva andadura os hablaré de cómo presentarnos, y cómo saludar a los demás.
Tan importante como hablar de forma correcta y vestir de forma adecuada, es saber como presentar. Muchos de los encuentros, tanto en la calle, como en cualquier tipo de evento, suelen requerir de presentaciones previas. Hay que conocer los puntos básicos que regulan este tipo de actuaciones.
Cuando hablamos de presentaciones, surge la duda del tratamiento correcto. Por regla general, diremos que siempre, y por defecto, el tratamiento debe ser de usted. No se puede utilizar el tú de forma directa, aunque siempre utilicemos alguna excusa para justificar este tratamiento. No es un comportamiento educado tutear "de forma directa" a una persona que no conocemos, independientemente del trabajo que desarrolle o la posición o cargo que tenga.La mejor fórmula es utilizar siempre la fórmula de "usted" hasta que el propio interesado nos indique lo contrario. Y si no lo hace, debemos seguir utilizando el usted siempre que hablemos con ella.
El saludo es una forma de comunicarse, de introducir a una persona en el círculo de otra, bien sea de una forma momentánea y esporádica, o bien de una forma más permanente al establecer un vínculo más estrecho con ella. El saludo más utilizado en todo el mundo es el apretón de manos. Saludar y dar la mano es mundialmente aceptado, aunque haya países que tengan sus propias costumbres y solamente utilicen este saludo para con los extranjeros (en los paises orientales no está bien visto el contacto físico, por ello en paises como Japón se suele hacer una leve inclinación de la cabeza, cuanto mayor sea la inclinación mayor respeto representará).
Cuando conocemos a otras personas, hay que mostrar de forma verbal y física, nuestras buenas intenciones, nuestra disposición a tener una conversación, un trato personal en definitiva a expresar un acercamiento de forma educada, correcta y respetuosa. Por ello el saludo, y la forma de hacerlo es de vital importancia. Tener un saludo demasiado afectuoso con una persona a la que no conocemos puede causar un cierto "rechazo" o aversión por parte de la persona saludada. Es por ello necesario conocer como saludar, cuando y de que manera, para evitar que la finalidad del mismo se vuelva en nuestra contra o al menos no surja el efecto que se deseaba. El saludo tiene que ser una bienvenida, una puerta abierta.
Nunca debe saludar a otras personas, con cualquier tipo de gafas que le oculten los ojos (principalmente gafas de sol), con la cabeza cubierta (gorra, sombrero, visera, boina, etc.), con los guantes puestos, con un cigarrillo en la mano, con una copa en la mano o con la boca llena. En el caso de la copa y el cigarrillo se deja en un lugar a parte. En el caso de la comida, se debe terminar de masticar y tragar.
Cuando asistimos a cualquier acto (fiesta, reunión, encuentro de trabajo, etc.) surge la cuestión de las presentaciones. También cuando vamos acompañados por la calle y nos encontramos con personas que no se conocen entre ellas. Las relaciones sociales, las conversaciones e incluso muchos negocios empiezan previamente con la presentación de las personas por una tercera parte conocedora de ambas.
Las tres reglas básicas para hacer las presentaciones son por razones de sexo, edad y categoría. Es decir, la mujer siempre es presentada por el hombre. El más joven siempre es presentado al de mayor edad. Y el de menos rango o categoría, siempre es presentado al de mayor rango o categoría. Hay excepciones, en presentaciones en que se dan dos supuestos de los indicados. Por ejemplo, una chica joven y un anciano. Prevalece la edad al sexo y será la chica presentada a la persona mayor. La mayor parte de las excepciones vienen dadas por una lógica cortesía, que nos indica si hay que variar este "orden" básico. Las reglas anteriormente expuestas, pueden variar en función del entorno donde tenga lugar el encuentro. Por ejemplo, en el trabajo, por razones obvias, no se presenta a un directivo primero a su secretaria y luego al jefe (por lo que prevalece el cargo al sexo), pero si al contrario si esa misma situación se da en una fiesta o en la calle.
Lo más utilizado es decir el nombre completo de las personas presentadas. También podemos empezar diciendo sólo el nombre de pila, para terminar dándole el nombre completo
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La fórmula de introducción a la presentación suele ser: "Permítame que le presente a ..." También se utiliza: "Disculpe o disculpe que le interrumpa, quería presentarle a ..."
Ante las presentaciones, las fórmulas para responder más utilizadas son: "Encantado de conocerle, es un placer" e incluso cuando la persona tiene una gran categoría o prestigio se puede responder con "Es un honor...". Hay fórmulas menos formales que se utilizan en actos más familiares e íntimos, como es: "Me alegro de...", pero solo debe utilizarse para actos poco formales.
Hay actos multitudinarios, en los que los anfitriones no pueden presentar a todos sus invitados. En algunos de estos casos, es perfectamente válida la autopresentación. Podemos hacerlo con una fórmula similar a: "Permítame que me presente..." En estos casos, además de decir nuestro nombre completo, es conveniente añadir el motivo de nuestra presentación o interés por la persona a la que hemos "abordado".
Fuente: este post proviene de Blog de Alina1969, donde puedes consultar el contenido original.
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