Como ya os habréis dado cuenta, me encanta la decoración rustico-vintage. Adoro encontrar elementos que con solo verlos, nos llevan al pasado.
Habrá gente que los vea como algo viejo e inútil, pero realmente es el objeto perfecto para aportar el romanticismo que evoca todo lo vintage.Uno de esos elementos son las regaderas de metal.
Aun estando oxidadas o desgastadas, combinandolo con una decoración cuidada y en la misma
linea, pueden parecer preciosas y dar el toque de romanticismo perfecto a una boda.Se pueden colocar creando el pasillo de entrada a la ceremonia, con paniculata o flores de colores pastel.
También se pueden poner como centros de mesa o meseros, siempre y cuando no sean muy grandes, ya que si no nos dificultaría la visión entre los invitados.
O simplemente, hacer un rinconcito en la boda que queramos destacar, poniendo varias juntas.
Sea como sea, son un elemento que crea un ambiente especial y da un aspecto precioso a una boda.