La historia de amor de Marta y Jorge es de las de película. Un flechazo de cupido literal cuando se conocieron de forma totalmente circunstancial en Londres. Ellos lo tuvieron claro desde el minuto uno solo de verse (lloro de la emoción ;).
Jorge no cautivó solo a Marta sino a todas las amigas. Cantante del grupo granadino Habitación 210 que componía canciones de amor para una riojana... ¿Puede ser más bonito? Y entre idas y venidas de norte a sur, con un buen parón en Madrid, llego el día del Sí Quiero.
Marta y Jorge se casaron en La Redonda, la Catedral de Logroño. Una misa preciosa y emotiva en la que los invitados no podíamos dejar de mirar la preciosa mantilla que llevaba Marta coronada por un tocado en verde y plata espectacular de Carmen María Mayz.
Y como lo de esta novia deben ser los flechazos, llevó un vestido muy elegante de Sole Alonso, a la que también conoció por casualidad el verano anterior a la boda, y en la que al momento decidió que confiaría para el vestido de su Gran Día.
Para ir a juego con la corona, Marta escogió unos zapatos verdes hechos a medida de Resán con la suela roja espectaculares. Además, el ramo también era muy verde y natural realizado por Espacios Verdes. En cuanto a las joyas, lució unos pendientes de López Linares y el anillo de pedida de los años 20 art decó de Vendôme.
Por su parte, Jorge estaba muy elegante con un chaqué azul liso a medida, con la corbata en verde a juego con la novia, zapatos Lotusse y reloj Breitling. Las madrinas también se merecen una buena mención. La madre de Marta con un traje diseñado por ella misma muy original en rosa pastel con fresa. Y la madre del novio, cordobesa, con un vestido largo rojo pasión de Soledad Capitán y mantilla andaluza negra cosida a mano. ¡Radiantes! Los hermanos de la novia estaban guapísimos, vestidos todos iguales con chaqué gris y corbata y chaleco a juego.
Como no podía ser de otra manera para una riojana de pro y buena amante del vino como Marta, la celebración fue en las Bodegas Barón de Ley. Como veréis en las fotos, un espacio increíble repleto de barricas entre viñedos. Un paraje idílico decorado al detalle por Marta y su madre, especialistas en buen gusto, y la ayuda de Rossi Landazuri, amiga de Marta y wedding planner, que aportó su granito de arena para que todo quedara perfecto.
Colocaron una carpa transparente espectacular para la cena, decorada con lámparas vestidas por ellas mismas con hierba artificial. ¡Un currazo! Del catering se encargó la Venta Moncalvillo, los Hermanos Echapresto de Daroca de Rioja, el pueblo más pequeño del mundo con una estrella Michelín.
En la zona exterior para el baile recrearon un ambiente de verbena con muchas bombillas. Y por supuesto, el novio y su grupo nos deleitaron con música en directo y mucha diversión. También amenizaron la velada Sindrome de Xauen, versionando canciones al gusto de todos. Tampoco faltó el photocall ni una enorme candy bar con dulces de los ricos que sientan tan bien en la madrugada.
Para las fotos, confiaron en Patricia Semir, y aquí podéis ver el resultado.
Por mi parte, como invitada, solo añadir que una boda preciosa, cuidada al mínimo detalle, divertida (bailamos hasta el amanecer) y además, me llevé uno de los ramos que entregó la novia ;) Con eso os lo digo todo.
¡Marta y Jorge saben que les deseo lo mejor del mundo! Amor del bueno ya tienen, así que por muchas cosas más...