Hace un año me volví a Asturias con el bolso lleno de tarjetas bonitas que tenían detrás un trabajo más bonito aún y con pocas fotografías ya que justo cuadno había comenzado a engancharme a Instagram y me iba de viaje mi móvil había decidido pasar de mí. Recuerdo que llovía, llovía mucho aquel sábado por la tarde cuando nos acercamos al Palacio de Hortaleza y vosotras os estaréis preguntando ¿si ya hace un año de eso por qué nos lo cuentas ahora? Sencillo: hace un año de esto pero aún no os había contado todo lo que me enamoró el pasado Noviembre. ¿Es posible transmitiros un año después todo aquello que me enamoró? Sí, porque aunque soy de enamoramiento rápido no soy de enamoramientos temporales. Vamos, que yo cuando me enamoro me enamoro hasta el alma así que con mi puñado de tarjetas bonitas encima de la mesa os voy a contar aquellas cosas que vi hace un año y hoy recuerdo perfectamente al ver su tarjeta.
La mesa dulce de Nice Party nos enamoró. Era una mesa llena de armonía y coordinación entre todos los elementos, ni sobraba ni faltaba nada. Fue el primer “stand” que vimos y aparte de enamorarme nos sacó una sonrisa enorme al reconocer algunos detalles con nuestra fecha de boda. ¿Sabéis la ilusión que hace eso? ¿Casualidad? No, una de las chicas que está detrás de Nice Party también había elegido la fecha más bonita del mundo para casarse.
Después, desvirtualicé los preciosos productos de OuiOui y evite la tentación de caer en ellos gracias a que mi señor marido, hombre precavido vale por dos, había secuestrado mi cartera. ¿Por qué? El sabía que el siguiente lunes arrasaría en el Mercado de Fuencarral por lo que quería evitar males mayores con compras de esos objetos decorativos que tanto me chiflan a mi y que él no termina de entender, imagino que no será el único al que le pasé esto.
Mientras subía por las escaleras pude ver y tocar los maravillosos pompones de Maison Pom Poms. Os aseguro que hacer pompones puede parecer fácil por la multitud de tutoriales que hay por la red, incluso los abuelos con los que trabajo han hecho alguno pero os digo de verdad, que estos tenían algo especial. Hay pompones y pompones. Me enamoré de una boda en Tarifa de la mano de VIP comunicación, aquella sala era la preciosidad y la perfección elevada al máximo nivel. Aquella fotografía tamaño pared de la boda real que habían realizado meses atrás te dejaba sin palabras y las pocas que se articulaban decían “yo quiero una boda como esa”. Y yo una reboda. O dos.
Descubrí allí las invitaciones azulejo de María Ingelmo. Un amor!! Las invitaciones y ella. Yo estaba allí,, mirando aquel azulejo flipaba cuando ella me dijo “puedes cogerlo eh?” y mi marido soltó un “mejor no, que seguro que se te cae” pero no. Tuve aquel azulejo en mis manos y volvió a su lugar sano y salvo. Recuerdo que me contó que lo había diseñado para una boda andaluza y días después cuando descubrí en su Fb esta foto me morí de amor. Literalmente. Andaluzas, esto en una boda del sur debería ser obligatorio. Es vintage pero moderno, original y no hay mejor complemento para una pared encalada. Si en vuestro gran día lo vais a hacer ¡invitadme! Prometo portarme bien.
Vi por primera vez los columpios de Flores en el Columpio y desde ese día están en mi lista de necesidades y regalos que me puede hacer mi señor marido aunque aún no ha llegado. Llegará, no puedo vivir mucho más sin un columpio en mi salón y más ahora que estoy en plena reforma (cómo lo harán los de Divinity que es todo tan fácil?) Desde aquel soy fan-fan de su trabajo, me rechifla todo lo que enseña por las redes sociales y no puedo evitar decir ¡lo quiero, lo quiero! cuando veo alguno de sus trabajos, sea cual sea.
Otros a los que no les he perdido la pista por las redes desde entonces son STUDIOKRRUSEL. Reconozco que en contadas ocasiones me paró en las diferentes ferias a visualizar vídeos de boda pero el que proyectaban estos chicos te enganchaba. En su tarjeta puedes leer eso de “la película de vuestra boda” y creo que es verdad. Aquel vídeo te enganchaba, mucho como una película de viernes noche y a pesar la calefacción dándote en toda la cabeza. Como tus ojos se pararan un momento en su proyección la habías liado y no te ibas de allí en un buen rato. No han sido uno ni dos los trabajos que he visto de ellos ya desde el portátil y con la manta en el sofá y así una, claro, se engancha aún más.
Si había algo que ya me había enamorado antes de poner un pie en Love&Vintage fue ese señor vestido de Lorenzo Caprile que llevaba viendo todo el día a través de las redes sociales. Aquel vestido había llegado y vencido, había dejado en segundo lugar a sus compañeros aunque no tenían nada que desmerecer él se llevaba todos los flahses. ¿Qué novia no querría ser novia con él?
Los zapatos de Chie Mihara, las gominolas hechas artes de FelizcomounRegaliz, los tocados de Bibiana La Laía, los bolsos de Atelier Artisan y las fotos de My Vintage Shoot se vinieron también en nuestro recuerdo. Y llegan hasta hoy. Os lo dije, me enamoro de verdad. Y para toda la vida.
¿Los enamoramientos de esta próxima edición? Nos los traerá (sí o sí aunque ella no lo sepa) Jenn de Bodeando que es Gerundio y estoy segura de que no tarda un año!