El tema principal elegido para la boda era el vino, por lo que tuvo lugar en una de las denominaciones de origen favoritas de los novios, la Ribera del Duero (Valladolid), cuyos viñedos fueron testigos de la unión de Odriana y Mariano. Y como no podía ser de otra manera, el color oficial de la boda fue el color del vino tinto.
Empezamos con el look de la novia. En la primera foto podéis ver el recogido tan bonito que le hicieron en la peluquería Nuria de Pesquera del Duero.
Esta fue la peina de cristalitos que adornó un lateral de su peinado:
Y este fue el resultado final. Bonito ¿verdad? Además podéis ver que el velo elegido fue un velo sencillo de tul que caía hacia atrás.
Los pendientes eran unas circonitas redondas muy sencillas que complementó con un pequeño colgante a juego, ya que su vestido era palabra de honor y este escote admite ese tipo de complemento.
Odriana optó para sus manos por la manicura francesa, como hacemos la mayoría de las novias ya queda muy elegante, junto con su anillo de pedida, como podéis ver en la siguiente imagen.
A continuación el protagonista principal del look de la novia, el vestido, diseño de Hannibal Laguna. De los vestidos más bonitos y originales de novia que he visto, teniendo en cuenta que cada vez me gusta más el guipur. Un vestido con escote palabra de honor y cuerpo ceñido con una cola muy original de seda que se abre paso a través del guipur y contrasta con el resto del vestido. Como la boda fue en abril y todavía hacía fresquito, de hecho ¡nevó durante el banquete!, llevó un bolero a juego. Viendo la importancia del labrado de la tela del vestido, era necesario que los complementos fueran sencillos para dejar el protagonismo a esa tela tan espectacular. Podéis observar todos estos detalles en las siguientes fotografías.
El ramo de peonías blancas completaba el look de la novia, decorando su tallo con rafia color vino y detalles personales de la novia como un rosario.
Ahora le toca el turno al novio. Escogió un chaqué gris para la ocasión que combinó con un chaleco verde y una corbata con tonos azules. Además, en la siguiente fotografía podéis observar los gemelos y el reloj que completaban su look.
Y los zapatos, según manda el protocolo cuando se viste chaqué, de tipo Oxford, lisos, negros y de cordones.
Una vez vestidos llegó el momento de darse el sí quiero. El lugar elegido para la ceremonia fue el Monasterio de Santa María de Valbuena, en la pedanía de San Bernardo perteneciente a Valbuena de Duero (Valladolid). Un lugar lleno de encanto y precioso para una ceremonia religiosa.
Los pajes iban vestidos de blanco con complementos en color vino, al igual que el cojín de las alianzas.
La celebración del banquete tuvo tuvo lugar en la Bodega CEPA 21, en Castrillo del Duero (Valladolid) a unos 8 km de Peñafiel. El salón del banquete estaba completamente rodeado de cristalera con vistas a los viñedos. El momento en el que se puso a nevar sobre el campo y poder admirarlo mientras comíamos a través de los grandes ventanales del salón fue totalmente mágico.
Además, las bodegas proporcionaron a los novios la oportunidad de hacerse un reportaje muy especial entre barricas de roble.
Las mesas tenían nombres de tipos de uva y decoración rústica con ramas secas, rosas y velas flotando en copas de cristal. El soporte de los meseros eran tapones de corcho de botellas de vino.
La tarta era una obra de arte en forma de racimos de uvas de Teresita Chuecos. La tarta más impresionante que he visto nunca en una boda y que además estaba buenísima. No la cortaron pero la sirvieron cortada junto con la recena.
Los detallitos para los invitados también acordes con el tema elegido, vino para ellos y anillas para distinguir las copas de vino para ellas.
Además, a la llegada había pashminas para las invitadas que las quisieran, que por cierto, eran las mismas que regalamos en mi boda, y una mesa dulce con nubes y estos paquetitos tan monos en forma de novia y novio con bombones dentro.
Por último, durante el baile hubo dos momentos muy divertidos. La hora loca, típica de las bodas en Venezuela, país de origen de la novia, y una banda de percusión en directo que animó el ambiente. Ya os hablé de estos dos momentos en mi post sobre Ideas para hacer tu boda más divertida. Además, como el salón era tan grande los niños también tuvieron su espacio con ping pong y castillo hinchable sin que los padres los perdieran de vista.
Fue una boda muy divertida y con detalles muy cuidados, y el día siguiente fue también especial porque pudimos visitar Peñafiel y después de comer los novios habían organizado una visita guiada a las bodegas del vino Protos con cata incluida que remató un fin de semana genial.
¿Qué os ha parecido?¿Habéis cogido ideas para vuestra boda?
Muchas gracias a Odriana y Mariano por las fotos y por permitirme mostrar su boda en mi blog.