Por supuesto, esta misma tendencia el día de nuestra boda no puede ser menos, porque todo lo que conocemos o hemos oído que es necesario hacer, lo acabamos integrando en ese día que preparamos concienzudamente y con esmero durante mucho tiempo. Tiempo que a nosotras nos ha llevado a preguntarnos:
¿Por qué seguimos las tradiciones de novia?
Civilización tras civilización se ha ido naturalizando la unión entre dos personas, mientras que los egipcios entendían este vínculo como una decisión de amor entre iguales, los griegos, los romanos y los pueblos del medievo lo interpretaban desde un ángulo más contractual y mercantil, donde se pasaba la propiedad de un padre sobre su hija a un esposo sobre su mujer.Aunque ahora han cambiado mucho las cosas y los matrimonios hoy en día son una fiesta en la que se reivindica el amor de una forma cada vez más original e innovadora, algunas de las premisas que una novia sigue al pie de la letra encuentran su fundamento en un momento histórico pasado.
Estamos hablando del consejo que a todas nos han dado o nos darán el día de nuestra boda; “
“Querida, debes llevar algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul”.
El chute de energía que te produce comprarte algo que ansiabas desde hace mucho tiempo no se puede comparar. La simbología de las cosas nuevas es clara, puesto que reflejan un cambio en el presente para algo futuro que queremos. A punto de decir Sí quiero al hombre/mujer de nuestra vida, transmitimos con nuestras palabras el compromiso de crear una vida nueva en común. Por eso, la finalidad de algo nuevo, no es ni más ni menos que la de reflejar la buena suerte y el futuro prometedor que los nuevos cónyuges tienen por delante.
Aunque cada vez son más los accesorios y prendas que vamos añadiendo a nuestro outfit marital, normalmente lo nuevo será el vestido que adquiriremos para sentirnos bellas y especiales.
En cambio, la sensación que experimentamos al entrar en el desván y desempolvar antiguas reliquias o viendo fotografías familiares, es algo inexplicable que no tiene nada que ver con comprarnos algo nuevo puesto que lo primero nos hace rememorar nuestros orígenes. Nos casamos y queremos crear una nueva vida independiente, pero nunca podemos olvidar quienes hemos sido y quienes nos han ayudado a serlo.
Llevar algo viejo representa los lazos familiares, por lo que normalmente introducimos en el look nupcial alguna joya antigua que pertenezca a algún familiar o que lleve unido un fuerte valor sentimental.
Nos encanta dejar, pero aún nos gusta más que nos presten cosas.
Se piensa que esta tradición deriva porque antiguamente se creía que si llevabas algo de alguien que gozaba de un matrimonio feliz atraerías la felicidad al tuyo. Hoy en día, entendemos que algo prestado está relacionado con la amistad, alguien especial nos dejará una prenda como un par de pendientes o un broche que simbolizan la unión entre ambas.Tu mejor amiga aquella con la que compartías la ropa los fines de semana, te obsequia con un objeto que en su momento era unión y confianza para traducirse el día de tu boda en prosperidad matrimonial.
Por último, la importancia de llevar algo azul. En la psicología de los colores el azul es símbolo de fidelidad, trasmite tranquilidad y seguridad, a la vez que tradicionalmente siempre se ha vinculado al agua y en el cristianismo a la Virgen María.
Puedes introducir una liga azul aprovechando la metáfora de la fidelidad si eres más convencional o si por el contrario eres más atrevida, el complemento ideal puede ser tu ramo o un par de zapatos azul eléctrico.
Y de esta forma tan sutil, integramos aspectos que nos tranquilizan inconscientemente tal y como adelantábamos al principio, como son; la familia, el nuevo vínculo que vamos a crear, nuestras amistades y un compromiso fiel con la otra persona.
Mensajes en forma de tradiciones que nos hacen un poco más felices el día de nuestra boda.