Desde aquí, queridas Malasnovias, quiero animaros a decir ¡Sí, quiero! a tu reportaje de preboda.
Y escribo esto porque para mi, como fotógrafa, es un paso básico. De hecho, yo lo regalo a aquellas parejas que quieren que les fotografíe su día especial porque me facilita mucho las cosas de cara al día grande. Muchos fotógrafos lo hacen. Y esto es así porque no siempre tienes la suerte de conocer a los novios de largo. De hecho, casi nunca les conoces, y no tienes ni idea de cómo son. Puedes quedar con ellos, charlar, acordar qué va a pasar el día de la boda y cómo va a ir sucediendo, puedes llevar un guión personalizado, preguntarles como yo les pregunto por sus gustos, sus ideas, sus sueños, sus sentimientos… Pero no hay mucho feedback. Ellos no me conocen a mi, porque yo no soy importante. No saben cómo pienso, cómo voy a tratarles, cómo voy a trabajar. Y al final en un día de nervios, eso es una incertidumbre.
Las parejas que van a casarse me abren las puertas de sus casas, sus familias y sus corazones, y yo quiero que sepan que están en buenas manos, que lo valoro, y que soy consciente de la importancia y el mérito que tiene.
La única forma de mostrarme es, antes de la boda, marchar juntos a un lugar especial para ellos, y ponerme a trabajar. Que vean cómo les miro a través de la cámara, que conozcan mi forma de trabajar, de “captarles” e “invadirles su espacio”. Contarles también un poco de mi, de lo que hago, de lo que me gusta, de lo bien que me estoy sintiendo. Que vean que no les pido poses, que no les quiero actores sino personas auténticas, que me interesa lo que hago, que me importan ellos y lo que sienten.
Cuando llega el gran día, entras a sus casas y te llaman por tu nombre. Ya no escuchas “Que viene La fotógrafa” y eso es muy bonito. Y todo sucede más fluido, más relajado, más cómplice, y mucho más bonito.
Además, hacer un pre-boda es pasar un rato distendido, divertido (siempre me lo dicen) y una tarde agradable para todos. Encima, es una etapa fantástica a recordar, porque cuando pasen los años y os veáis jóvenes, de tortolitos, relajados y cómplices entre vosotros, o haciendo el cabra juntos, cada uno en su estilo, y os reconozcáis con vuestra forma de vestir, de peinaros y de sonreiros el uno al otro, os vais a poner muy muy contentos.
Como ellos! Os dejo con alguna foto del Pre-Boda de Cris y Miguel. Estas fotos adornan su nueva casita juntos hasta que llegue el día grande!
Así es que ya sabes, di ¡Sí! ¡Quiero mi Pre-Boda!
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