Caracterizada siempre por un estilo muy personal, supo plasmarlo totalmente en su boda.La celebración con cierto aire hipster contó con unos 200 invitados
entre los que se encontraban su hermana Beyonce, junto a su marido Jay-Z y la hija de ambos Blue Ivy, a los que se les pidió que vistieran de blanco para conseguir un look Total White.
Una boda en la que desde el primer momento los novios sorprendieron con su originalidad llegando a la iglesia en bicicletas blancas
en la que la novia lucia un precioso mono pantalón de Stephane Rolland que le aportaba comodidad, que posteriormente cambiara por un sencillo vestido con capa de estilo minimalista diseñado por Humberto Leon, director creativo de Kenzo
y que conforme iban pasando las horas de la celebración iría cambiado hasta por tres modelos mas.
Fue una boda, fue una boda de pasárselo bien, de recorrer la ciudad y de bailar por todos lados.
Los novios acompañados de una banda se pasearon por la zona histórica de Nueva Orleans, cantando bailando y disfrutando.
En definitiva fue una boda en las que los novios hicieron lo que quisieron, una boda en la que rieron, bailaron y disfrutaron haciéndolo de la manera que a ellos les apetecía y diferente a lo estipulado en las bodas.
Fue una boda como tiene que ser, sin nada marcado y por eso nos encanta.