1. Marta nos recordaba siempre en la importancia de poner, tras la base en el rostro, corrector antiojeras. Siempre en tonos más claros que los de tu piel y, a poder ser (aunque en la imagen lo realizan con pincel), mezclarlo con la piel dando toquecitos con el dedo, pues así se funde mucho mejor. Básicamente en el surco anexo al lagrimal.
2. En esta zona sí podemos utilizar iluminador. Tres toquecitos que luego difuminaremos con pincel o dedo de dentro hacia fuera.
3. En el párpado inmóvil, podemos jugar con una sombra de ojos clarita. Levantaremos el ojo y por consiguiente daremos una nueva forma a nuestra ceja.
4. Podemos repetir el proceso que hemos visto en la segunda imagen, pero ésta vez por encima de la ceja.
Es muy importante que, una vez realicemos estos pasos, difuminemos bien. La gracia es que el maquillaje esté pero no se note, y que luzca lo más natural posible. Pero, ya veréis... con muy poco los cambios son muy grandes...
Sara