Surgió como símbolo de pureza, cualidad también representada por el blanco inmaculado del vestido, pero hoy nos fijamos en su función estética. El mejor velo de novia puede embellecer o fastidiar el ‘look' de una novia, por eso es tan importante escogerlo bien.
Lo primero para llevar el mejor velo de novia es escoger uno que te guste, que te resulte cómodo y vaya con tu estilo, pues para que sea un engorro, mejor no llevarlo. Es preferible buscar el velo ideal una vez se tenga el vestido para asegurarse de que combinan.
Un vestido recargado agradecerá un velo sencillo, mientras que si se da el caso contrario podemos permitirnos un velo más elaborado, con bordados u otros detalles. El velo no debe robar protagonismo al traje, sino hacerlo más hermoso.
El material del velo suele ser el tul, pero también los hay de nylon fino y suave. Tienes que fijarte en que la caída de la tela te guste, así como en la transparencia que ofrece.
Hay velos que cubren la cara de la novia y que son retirados por el novio en el momento del beso. En este caso un velo lo más transparente posible es una buena opción para dejar entrever el rostro y no parecer un fantasma.
La longitud del velo es también algo a tener en cuenta. Los hay desde los que terminan sobre los hombros hasta los de un largo infinito. Para decidir el largo del velo hay que basarse principalmente en la altura de la novia.
Si es más bien baja, le sentará bien un velo corto o hasta los codos, mientras que si es alta podrá llevar el velo todo lo largo que quiera.
¿Cómo es el velo que llevarás en tu boda?