Una de las tradiciones y creencias más extendidas a lo largo y ancho de la Tierra (y vete tú a saber si en el resto de planetas también…) es aquella que dice que el novio no puede ver a la novia antes de la boda vestida porque da mala suerte. A su vez, es una de las más respetadas. O al menos lo era hasta que llego el First Look.
¿Qué es el First Look?
Es encontrarse antes de la boda. Descubrir las versiones de novia y novia a solas y en la intimidad. Mirarse a los ojos con menos nervios (o quizás más, que sobre nervios no hay escrito) y realizar la sesión de fotos previa a la boda, pudiendo así disfrutar de la totalidad de la boda con los invitados.
Normalmente, el novio se sitúa en un lugar escogido y la novia llega por detrás, sorprendiéndolo. Como testigo, los fotógrafos y videógrafos para captar este precioso momento.
Un ratito a solas, de esos que escasean el día B, una charla llena de amor antes del Sí, Quiero, unos últimos momentos juntos antes de separarse para volver a unirse al final del camino.
Como en todo, es cuestión de gustos y de tradiciones. ¿Pondrías un First Look en tu día? Yo no sabría que contestar. Es una de las ideas que me llama la atención, que conlleva factores que me gustan pero también otros que no me terminan de convencer, imagino que tendrá que ver con mi vena moderna convertida en tradicional.
Lo cierto es que me encantaría vivir uno de esos momentos a solas, disfrutar para mi sola de la emoción de mi chico y ¡qué leches! qué igual si nos hubiéramos encontrado a solas no hubiera reprimido sus ganas de llorar como lo hizo aquel día y lo orgulloso que estaba de haber aguantado…. Sería genial poder besarlo más del tímido (o no) beso de llegada a la ceremonia, mirarlo sólo a él mientras caminaba. Tener, todavía más, el protagonismo sólo para nosotros dos. Pode hablar, colocarle la corbata, reírnos de las horas previas, tranquilizarnos o ponernos más nerviosos, compartir la última cerveza de solteros…
…pero mentiría si no dijera que el First Look me parece un poquito egoísta. Egoísta porque privamos a nuestras personas importantes, esas que se han pintado los morros y puesto corbata por nosotros, de ver nuestras primeras emociones al vernos, porque no me perdonaría no haber dejado a mi abuela y demás emocionarse como nunca y como siempre cuando nos encontramos. Egoísta porque no dejaría que esas personas nos regalaran y arrojaran todas sus sonrisas y su amor sobre nosotros en uno de los momentos más bonitos de toda la boda. Egoísta por no compartir la magia del momento, esa magia que va desde ese novio tirándose de los puños ante los ojos de todos sus invitados hasta los suspiros de esa novia que camina más rápido de lo normal y aún así le parece que camina a cámara lenta.
Es cierto, aunque exista un First Look luego existe un encuentro y que la magia existe todo el día pero, a riesgo de no saber lo qué digo porque nunca he ido a una boda donde los novios hayan apostado por el First Look, creo que la magia del primer encuentro es una mágia “más mejor” y que es irrepetible. No se puede preparar sino que es algo que surge cuando os veis por primera vez y que se transmite. ¡Vaya si se transmite! Es esa sensación que hace emocionar a los vuestros y hasta a esas señorinas que se cuelan en todas las bodas religiosas.
FOTOGRAFÍAS: BLOOM PHOTOGRAPHY