Que quiere vestirse de rosa. Que deja que su espalda vaya por delante. Que se descalza, si hace falta. Y confía en que sus botas la lleven a cualquier otra parte. Lo que sea si es empezar un viaje con el sí quiero por delante. Porque dice sí a quedarse con toda la manta. A compartir el cajón de los calcetines. A tener paciencia. A dejar una nota en el frigorífico. A pensar de dos en dos.
Esa novia que sonríe por todo. Y que no sabe qué decir porque tiene muchas cosas que contar. Que no se está quieta. Que juega a no disimular lo que siente. Que se acuerda del primer beso.
Esa novia que no quiere ser perfecta pero que se siente así. Que encuentra tiempo para todos los abrazos que quiere dar. Que se suelta el pelo. Que es ilusión. Que es luz. Esa novia que es simplemente ella...
¡Feliz sábado!