Como bien sabéis tod@s, en el blog no solemos hablar de nada que no sean novi@s, espacios, decoraciones, vamos, en definitiva todo lo que tenga que ver con el mundo bodil. Pero es que en este caso no he podido contenerme y he necesitado desahogarme de algún modo….jejejejeje
¿Cuántas de vosotras se ha propuesto para el principio de 2015 ponerse a dieta y apuntarse al gimnasio para quitarse esos kilos de más?
Dicen que la felicidad engorda y que en la vida todo pasa siempre por algo, ¿no?. Bueno, pues yo he decidido que quiero seguir siendo feliz pero que quiero echar esos kilos fuera de mi vida jajajajajaja. Y como os decía, en la vida todo siempre pasa por algo y no hay mal que por bien no venga. El sonado disgusto deportivo que tuve en junio con uno de mis enanos me condujo a conocer personas maravillosas que ahora forman parte de mi vida y, como consecuencia, me han animado (o casi a estas alturas del viernes podría decir que me han obligado), a decir Good bye!!!! a esos kilos de más y a decir Hello!!!!! a una vida sana.
El caso es que 2015 con sus nuevos propósitos, me han conducido al gimnasio Físico, en el cual están haciéndome conocedora de que tengo algunos músculos en mi cuerpo que ni siquiera sabia que existían…jajajajaja
Los culpables de todo esto son mi amiga Tere y su marido David Pozos, el director técnico del gimnasio y el que se ha convertido en nuestro entrenador personal (un lujazo, todo hay que decirlo, la verdad) y lo que viene siendo lo mismo, “mi nuevo martirio”, como él mismo se ha llamado.
La verdad que ni el spa, ni el baño turco, ni la sauna, ni parecer que estoy viendo el Hola por la cantidad de famosos que van frescos como lechugas a machacarse (por cierto encantador Bustamante), ni todas las comodidades del gimnasio consiguen distraer mi atención cuando no puedo literalmente ni moverme!!!!!. En esta semana he llegado a ser verdaderamente consciente de lo lento que puede llegar a pasar un minuto!!!!!.
Eso si, cuidado que son todos simpáticos y agradables, te facilitan todo y están pendientes de nosotras en todo momento, pero yo estoy ya en una situación que después de no haber hecho absolutamente nada en mi vida, estan haciendo que me duelan hasta las pestañas.
Y a todo esto únele el cachondeíto de Nuria, la cual está disfrutando (¡y mucho!) al ver que no puedo ni mover un pie detrás del otro, que solo como cosas de color verde y no precisamente porque sea el color que mejor me sienta y que bebo más agua que los peces. Por no hablar del que se traen mis hijos, que están acostumbrados a correr cien mil kilómetros al día detrás de un balón y ven que no soy capaz ni de subir una escalera.
En definitiva, que según ellos esto no ha hecho más que empezar y hacen falta 21 días para entrar en una rutina. Pero la pregunta que no para de botar en mi cabeza es……sobreviviré??????.