¡Gracias bonita, por eso pone que es sobre ideas para tu boda!
Bien, pues dejando esto claro, hoy os quiero enseñar, muy humildemente, nuestro libro de firmas, que, efectivamente, lo hicimos nosotros.
La verdad es que no somos nada manitas, de hecho a los dos se nos daba bastante regular la plástica o como se llamase la asignatura en la que teníamos que hacer manualidades en el cole. Bueno, ya véis qué mal se nos daba que ni me sé el nombre, si es que así me va.
Sin embargo, aparte de querer gastarnos lo menos posible en nuestra boda, queríamos ocuparnos de lo máximo posible, y no solo por el dinero. Considero que al ser un día taaaaaaaan especial, es importante que haya una parte de nosotros en los detalles.
Es cierto que hay verdaderas maravillas de libros de firmas por ahí, tanto en tiendas físicas como en la red. De verdad, ví libros preciosos y estuve tentada a comprar más de uno. Pero finalmente me pudo más lo personal.
Yo no quería el mejor libro de firmas, ni el más bonito, ni el mejor hecho. Quería el "más nosotros". Aunque estuviera super bien hecho, aunque fuera de Mr. Wonderful, o aunque fuera el típico de bodas, precioso o incluso gracioso. No.
Queríamos uno al que le hubiésemos dedicado nuestro tiempo, da igual si finalmente era cutre o no, pero era el nuestro. Y os puedo asegurar que nadie más en el mundo ha tenido o tendrá este libro de firmas.
Bueeeeno, si compra justo el mismo libro vacío, los mismos rollos de washitape, y los mismos papeles decorativos, y lo coloca todo de la misma manera, pues oye sí, tendrá un libro bastante parecido al nuestro. No pasa nada. ¡Enhorabuena! Pero digamos que es muy difícil que todo eso coincida, ¿verdad?
Lo que hicimos fue lo siguiente. Fuimos a una tienda super chula que hay aquí en Alemania, se llama Idee, y tiene millones de cosas que hacen desplegar la creatividad de cualquiera. Incluso para alguien como yo, que no tiene mucha mano para estas cosas, es entrar en la tienda y de repente quiero empezar a hacer jerseys de punto, o pintar cuadros o figuritas de escayola. ¡Me encanta! Y no pienso desistir de esto, algún día encontraré mi vena artística. En fin, seguro que en España hay algún tipo de tienda como Idee con todo este tipo de cosas.
Durante el año de preparación de la boda, fuimos a esta tienda millones de veces porque las invitaciones también las hicimos a mano. Ya os las enseñaré.
Así que bueno, en la zona de Scrapbooking encontramos estos libros en blanco para llenarlos de todo lo que nos diera la gana y vimos un mundo de posibilidades ante nosotros.
He cogido la foto de la web de Idee porque, como soy tan lista, no hice ninguna foto del proceso, así que este no es exactamente nuestro libro, pero es muy parecido. Os podéis hacer una idea de cómo era cuando lo compramos, ¿no?. Tal que así.
También compramos 3 tipos de washitape para adornar el interior, que venía con las páginas en blanco.
Y unas láminas de scrapbooking para decorar las portadas. Como veis, elegimos estampados y colores muy dispares, para que fuera un libro más alegre. Y las pegamos por delante y por detrás. A la de la parte de delante le cortamos el cuadradito de la ventana para poner en la primera página una foto nuestra. Y así quedaron:
Bueno, ya véis que la foto está magullada de tanto abrir y cerrar el libro, pero nos da igual. De hecho, nos gusta que esté "tan usado".
Para la primera página, elegimos una foto de un viaje muy especial que hicimos el año anterior, y preferimos que fuera una silueta nuestra, más que los caretos posando. Cuestión de gustos. Además, aprovechamos ese huequecito que quedó debajo para guardar el prendido que llevó Edu en su chaqueta. Nos lo hizo mi tía a juego con mi ramo, así que era muy especial.
Éramos conscientes de que este libro iba a ser firmado en plena fiesta, así que pensamos que lo mejor sería dedicarle una parte específica a cada uno de los invitados o grupos de invitados: parejas, familias, amigos. Así cada uno simplemente tendría que buscarse y ya está. Así que dividimos las páginas por la mitad con los washitape y escribimos el nombre de cada uno, para que en su parte hiciera lo que quisiera.
Además, compramos una cámara tipo polaroid con sus carretes, para inmortalizar a cada uno de ellos en plena fiesta y así no solo estaban identificados por el nombre, ni solo nos dedicaban palabras bonitas, sino también sonrisas o caretos varios.
La verdad es que temía un poco por este momento, imagináos: en plena fiesta, todo el mundo bebiendo y bailando, una polaroid por ahí sola y un libro de firmas ahí abandonado. A saber qué fotos me encontraba al día siguiente por el suelo. Afortunadamente, mis amigas Pili y Elena se encargaron de organizar un poco el tema con la ayuda de sus maridos y al final fue todo de maravilla.
Y así fue como hicimos nuestro libro de firmas y cómo quedó después de que los invitados dejaran sus buenos deseos, fotos y garabatos.
¿Cómo fue vuestro libro de firmas? ¿O cómo tenéis pensado que sea? Animáos a hacerlo vosotros mismos, aunque no quede perfecto, será el más especial del mundo. Un besito.