Es una boda en destino. Es casarse lejos de vuestro lugar de residencia, normalmente en algún paraíso terrenal. Es darse el Sí Quiero a cientos (o miles) de km de ese lugar que os ve quitaros las legañas todos los días. Realmente es algo que siempre ha existido, no son pocos los famosos y gente de bien adinerada que a lo largo de años se han casado en lugares totalmente alejados a su lugar de residencia y trabajo… Ahora parece que no son cosa exclusiva de gente VIP y que organizar una Destination Wedding no está todavía al alcance de todos los bolsillos pero casi.
Nos gusten o no las Destination Wedding reconozcamos que viajar a un lugar y casarse en este entorno tiene que molar mucho.
Una Destination Wedding tiene algo que ver con aquello que ha existido toda la vida de “estoy organizando mi boda a distancia porque vivo en La Coruña y me caso en Albacete”. Si, no es lo mismo y si hablamos de Destination Weddings a todos se nos va la vista a paraísos lejanos y no a un pueblo de Castilla pero el objetivo es el mismo: organizar una boda por todo lo alto.
Las Destination Wedding, como todo en esta vida, tienen ventajas y desventajas. No son peores ni mejores, ni más ni menos espectaculares, ni más ni menos especiales.. porque sí, aunque si cerramos los ojos y pensamos en “destination wedding” automáticamente nos desplazamos a una playa de esas en las que exclamas un wowww! antes de pisar la arena, con una decoración que ríete tú de revistas y del programa ¿Quién vive ahí?, con una novia espectacular y un novio por el que te apetece abrir la boca cuando pregunten lo de las objeciones al enlace… Lo cierto es que una boda en destino también puede ser más normal. No, no he visto ninguna que no sea espectacular, la mayoría de las destination weddings que circulan por la red son tan guapérrimas que te apetece pegar un salto y colarte en ellas pero os digo yo que haberlas haylas.
Viajar y decir Sí Quiero aquí con el cielo bajo tus pies tiene que ser maravilloso.
Si a alguien le proponen que su boda sea en un destino lejano y paradisíaco estoy segura de que todo el mundo diría que sí. Al momento. Estoy segura de ello. Yo hubiera gritado un sí que ya no me haría falta contar que me caso porque ya se habría enterado todo el mundo y parte del resto de los demás planetas. ¿Sería mi sí definitivo? Creo que no… Conociéndome no tardaría muchas horas en empezar a darle vueltas a las cosas y tan pronto me encontraría gritando un ¡¡¡síii!!! como un ¡¡¡nooo!!!! Vamos que terminaría volviendo locos a todos aquellos que supieran que tenía esa idea en mente.
Casarme organizando una Destination Wedding ya no puedo pero celebrar un aniversario organizando un “destination sarao” no estaría nada mal… Cariño, por si me lees y decides darme una sorpresa que el destino sea algo parecido a esto.
Y yo que vosotros no me iría muy lejos y estaría atentos al blog en los próximos días ya que os enseñaré un montón de sitios chulos donde yo haría una Destination Wedding sin hacernos miles de km…