-Aunque no tengo demasiado claro hasta qué punto se les puede llamar novias no convencionales porque cada vez son más las chicas que prefieren una buena fiesta o un viaje en vez del bodorrio tradicional.- Me considero parte de ese grupo de personas que se inclinan por formas distintas de celebrar ‘ese día’. A ellas, las novias que pretenden utilizar su boda como una excusa para reunir a todas aquellas personas que quieren pero no pueden ver tanto como desean; a las novias que quieren que su boda sea pasar un buen rato entre colegas; a las que lo hacen por darle una alegría a él; a las que buscan un vestido todo terreno que aguante toda la noche bailando; en fin, a todas esas novias no convencionales va dedicado este post.
El ideal de vida perfecta de las mujeres de hoy en día ha evolucionado muchísimo en las últimas décadas. Atrás quedó el prototipo de mujer que desde pequeña planeaba su boda al milímetro cual Mónica Geller en ‘Friends’, como si ello condicionara el resto de sus vidas después de pasar por el altar. Las chicas ya no estamos en eso. No me he casado, no tengo planes de boda a largo plazo y tampoco creo en el matrimonio como institución sino en el sentimiento que lleva a dos personas a dar ese paso, pero sí me gustan las bodas, o mejor dicho los detalles organizativos que hacen ese día único. Como amante de la moda, mentiría si dijera que el tema vestidos nupciales no me interesa -vamos ‘chicarronas’ mías, sé que estáis de acuerdo conmigo-.
El año pasado, por motivos de trabajo, tuve una pequeña iniciación en el mundo ‘bridal’-llevo mil veranos llevando un bar de playa (más que bonito) y hace poco comenzamos a celebrar bodas-. Buscando documentación para preparar la próxima temporada, a finales de enero di con un artículo de la revista Elle que describía las novias millennials como personas “firmemente en contra de gastarse los ahorros que pueden emplear en viajar después, cuyas bodas están teñidas con un componente onírico que las hace inolvidables”. De acuerdo con esta definición, los vestidos de novia perfectos para ellas serían cómodos, ‘baratos’ y versátiles. Siguiendo esta premisa, cada vez son más los diseñadores y tiendas que deciden hacer versiones low cost para ellas.
En esta línea, una de las marcas top es Self Portrait cuyos diseños se caracterizan por sus líneas sencillas, sin grandes estampados y tejidos ligeros y delicados. Mi favorito es el Azaelea Dress -está descatalogado en blanco, pero tiene un rosa light ideal-, perfecto para bodas civiles de verano. Aunque tiene una colección exclusiva de novias, cualquiera de sus modelos es válido para llevarlo el día de tu boda.
Otra tienda por la que debes pasar si estás pensando en casarte es la e-shop de J Crew. La mayoría de diseños son tradicionales, pero buscando en su web he podido encontrar auténticas joyas para novias especiales. Monos, vestidos cortos e, incluso, un dos piezas formado por básica blanca como parte de arriba, son algunos de los diseños que me han llamado la atención.
Aunque, el ‘boom’ nupcial lo protagonizó Asos cuando estrenó en el 2015 su colección Novias. Vestidos y complementos hechos exclusivamente para las ‘millennials’ con un precio de escándalo -no he encontrado uno que supere los 500 euros-. La lista reúne artículos de la propia marca y de otros diseñadores.
Una marca, que sin ser exclusiva para novias, tienen modelos perfectos para vestir el día de tu boda es Womance -os hablé de ella en este post-. En este caso, ambas elecciones han sido dos piezas. Las partes de abajo: dos faldas con distintos largo y caída; y las partes de arriba: una blusa sin mangas con un cuello de barca muy favorecedor y otra de manga larga con escote profundo en la espalda.
Para terminar, os voy a hacer una última recomendación, queridas futuras novias, los vestidos de Reformation. Diseños perfectos si estáis buscando piezas diferentes, algunas más informales, y sobre todo, ideales si queréis salir del blanco como color nupcial.
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