De allí nos fuimos a comprar los jamones y los quesos para la recena de la boda, y aún se nos cayeron tres personas de la lista de invitados después de haber dejado las mesas cuadradas y cerradas para el sábado. ¡La gente tiene una inventiva increíble!
Cenamos con mis suegros y luego fuimos a llevar los víveres al local donde celebraríamos la barra libre "oficial" y la recena, que fue el regalo de nuestros amigos más cercanos. El local, precioso, es la sede de una comparsa mora. Todo pintado de azul, con columnas de mármol, arcos tallados imitando los muros de La Alhambra... Luego veréis fotos. La verdad es que pasamos un rato agradable esa noche terminando de colocar las mesas para la recena, revisando las cámaras frigoríficas y hablando con nuestros amigos. Tenemos mucho que agradecerles porque contribuyeron de forma muy especial a que el día fuera perfecto. Me preguntaba el encargado de abrir y cerrar el local: "¿Tú eres la novia?" Y me entraba la risa floja; ¡qué raro sonaba aquello! Después de asistir a mil bodas, de verlo como algo tan lejano, se acercaba el día en el que "yo" iba a ser la novia...
El jueves por la mañana, mientras le daba el penúltimo repaso al foro y limpiaba un poquito la casa, escribí la carta que quería hacerle llegar a mi chico la mañana de la boda junto con una corbata de regalo a través de un amigo. Fue difícil porque lo tuve merodeando cerca todo el rato, pero al final lo conseguí. No sé muy bien de dónde salió la inspiración entre la mopa, el trapo y el teclado... Os enseño lo que escribí:
"Hay quien ve en una boda el final de un camino. Otros ven el principio. A nosotros nos ha llegado este 3 de abril, que es ambas cosas y ninguna a la vez, pero sobre todo el siguiente eslabón natural de la cadena de nuestra vida. Una cadena que a veces se enreda o que el viento quiere oxidar, pero para la que siempre hay esperanza porque está hecha por nosotros, de complicidad y amor, de mucha fuerza, y por la que tengo que profesarte mi más sincera gratitud. Nada habría sido igual sin ti.
Quiero darte las gracias por estar siempre a mi lado, por comprenderme hasta en las situaciones más difíciles, por aguantar mis momentos más bajos, por cuidarme y cuidar de mi familia como si fuera la tuya. Quiero darte las gracias por ayudarme a ser mejor persona, por enseñarme tantas cosas, por compartir tu día a día conmigo y por permitirme asomarme a la ventana de tus sueños. Eres lo mejor que me ha pasado, lo mejor que tengo, y sin duda la mejor promesa de mi futuro.
Nos vemos a las doce. Te quiero."
Ese jueves comimos con mis padres y luego tuve sesión intensiva de belleza, desde las 3 hasta las 6 de la tarde. Al terminar, me fui paseando tranquilamente a casa, me di el capricho de comprar esencias para quemar, y luego seguimos grabando música hasta la hora de la cena. Después, cogimos unas copas de champagne que habíamos comprado para regalar a los chicos y las personalizamos con rotuladores permanentes azul y verde. Escribimos el nombre de cada uno en vertical y pintamos filigranas por la copa, y nuestros nombres y la fecha en pequeñito en el pie. No tengo foto de esas copas, pero quedaron bonitas y totalmente personalizadas. Para las chicas tenía los cuquibroches de www.desequeteguste.es. Si no conocéis el trabajo de Susana, os animo a hacerlo porque la chica es puro talento. Creo que tiene un par de hilos por el foro. Ésta soy yo en versión mini.
Poco después nos fuimos a acostar. Sería nuestra última noche de solteros juntos. Parecía increíble, pero después de un año, el 3 de abril por fin estaba a la vuelta de la esquina... Nos quedaban sólo dos días.