En este país una boda china sólo llega a suceder si los padres dan el consentimiento, lo cual sucede si un experto considera que la unión va a ser próspera. A esta conclusión llega estudiando los datos del nacimiento de los contrayentes.
A continuación para llevar a cabo una boda china, ambas familias se reúnen para determinar si entre el novio y la novia existe consonancia. Para ello, tienen en cuenta aspectos como la educación. Tras esto, comienza el intercambio de ofrendas entre los padres de ambos. La más beneficiada suele ser la familia de la novia y esta fase de dar y recibir regalos puede durar hasta dos años.
Cuando por fin llega el día de la boda, la novia se arregla en una habitación apartada, junto con sus amigas, donde llora la pérdida de su familia. Como símbolo de iniciación en la vida adulta ella misma se arregla el pelo y es depurada con varios rituales.
Posteriormente el novio va a buscarla a su casa acompañado de un niño, lo cual simboliza que tendrán descendencia. Tras cenar y recibir algunos regalos, es la novia la que acude a casa del novio, donde éste le destapa la cara apartando una bufanda roja que la cubría.
En cuanto a la ceremonia, comparándola con estos rituales previos, es bastante sencilla. Los novios homenajean a varios dioses en el altar familiar y después reciben a los invitados durante varios días.
Un detalle muy característico de las bodas chinas es el color rojo, símbolo del amor, la prosperidad y la alegría. Este color está muy presente: en la vestimenta de los novios, en la decoración, en las invitaciones...
¿Os resulta interesante? ¿Conocíais ya cómo es una boda china? ¿Os gustaría vivir la experiencia de presenciar una?
Foto: absolut-china