Hoy entramos de lleno en nuestra aventura asiática contando la primera etapa de nuestro viaje.
Llegó el tan esperado 13 de agosto y con una mochila de 7 Kg a la espalda cada uno, nos pusimos en marcha, nos esperaban 46 horas de viaje hasta pisar, por primera vez en mi caso, tierra asiática.
Evidentemente no se tarda 46 horas en vuelo directo hasta Kuala Lumpur, teniamos previstas dos largas paradas por el camino, la primera en Madrid y la segunda en Estambul.
En Madrid teníamos 8 horas entre el AVE y el vuelo, por lo que aprovechamos para ver alguna zona de la capital que no conocíamos, y esta fue Aranjuez. Realmente dio tiempo de poco, ya que entre ir y volver en cercanía, y estar en el aeropuerto dos horas antes de la salida del vuelo, el margen que nos quedaba para ver la ciudad era de poco más de una hora y media, así que hicimos un poco los guiris y nos montamos en un tren turístico para ver toda la ciudad monumental.
En nuestras 46 horas de viaje, debíamos aprovechar al máximo las horas de vuelo nocturnas, y cualquier sillón cómodo que nos cruzásemos en nuestras escalas en los aeropuertos, ya que serían dos días sin ver ni palpar una cama. Así que durante esos dos días, tuve la sensación de vivir en starbucks y sentirme como Tom Hanks en la película “La terminal”.
Llegó la hora de coger el primero de los 10 vuelos que nos esperaban, 4 horas de vuelo con destino: Estambul.
Viajar con Turkish Airlines es un gustazo, de todas las compañías aéreas que hemos probado en todos nuestros viajes, puedo decir que esta, junto con Mexicana Airlines, son las mejores y con diferencia.
Una de las razones por la que elegimos volar con Turkish y no con otra, a parte de lo económico, fue por las comodidades que ofrece a los pasajeros durante las escalas en Estambul. Desde hace unos años, para los viajeros que tengan una escala mayor de 6 horas, en nuestro caso era una escala de 20 horas, les ofrece totalmente gratuito un paquete turístico para conocer la ciudad, Touristambul.
Cuando digo que es totalmente gratuito, es que es totalmente gratuito TODO: el paseo en bus turístico, las entradas a los monumentos más importantes de la ciudad, el desayuno, el almuerzo y el guía de habla inglesa que nos acompaña todo el tiempo. ¿Es o no es una ventaja elegirlo para vuelos con escalas tan largas?
La forma de disfrutar de este servicio es bastante fácil, ya que no requiere reserva previa. Cuando llegas al aeropuerto de Atatürk, y has pagado los 25??? de visado, te diriges hacia la salida de la terminal, pasando las cintas de recogida de equipaje, y cuando pasas las puertas automáticas donde están todos esperando a los que acaban de llegar, te diriges hacia la derecha, en busca del Starbucks, y justo antes de llegar a la cafetería, te encuentras el mostrador Hotel Desk de Turkish Airlines. Solo tienes que entregarle a los chicos de la ventanilla los billetes de tu siguiente vuelo, y esperar a que os avisen para montar en el autobús. Hay solo dos salidas, una a las 9:00 y otra a las 12:00, por lo que tendréis que estar allí al menos media hora antes. Si, como nosotros, prefieres ir sin mochilas a cuesta, justo al lado del mostrador, hay una consigna para dejar vuestro equipaje, es lo mejor para disfrutar con libertad el tour por la ciudad.
A las 9:00 empezaba nuestra visita a la ciudad entre dos continentes. Hacía dos años que estuvimos de viaje por Turquía y quedé enamorada de esta mágica ciudad, asi que me hacía muchisima ilusión poder pasear de nuevo por sus calles.
Realmente no se que es lo que tiene, pero su olor, su gente, sus increíbles monumentos y la brisa del Bósforo, la hacen única.
El tour lo haríamos en un autobus turistico descapotable y la primera parada fue justo debajo de la mezquita azul, donde nos invitaron a un desayuno turco. Con el estómago ya lleno, nos repartieron unos auriculares a cada uno para poder oir bien las explicaciones de la guía.
Subimos una cuesta y ahí estaba, majestuosa e impresionante como la recordaba, la mezquita azul.
Las colas para entrar eran eternas, y aunque me hubiera encantado volver a verla por dentro, todo el grupo preferimos aprovechar la mañana visitando otros monumentos.
Paseamos por su patio y cruzamos hasta el antiguo hipódromo. Una plaza en la que podemos ver diversos monumentos que los diferentes emperadores de Constantinopla trajeron para adornar la plaza, tales como la columna de la serpiente o el ovelisco de Teodosio, traído de los templos de Karnak en Egipto.
En uno de los extremos de la plaza, encontramos una fuente octogonal abovedada, construida por el gobierno alemán.
Nuestra siguiente parada fueron las Cisterna de Basílica, 60 antiguas cisternas construidas bajo la ciudad, repleta de columnas.
De aquí pasamos a uno de los monumentos más importantes de la ciudad, Santa Sofía, una antigua catedral, transformada posteriormente en mezquita y que en la actualidad es un museo.
Unos meses antes de este viaje, vimos en National Geographic un documental de como construyeron este espectacular edificio, y os aseguro que al finalizar el documental, sentí miedo de volver a entrar en ella. Es conocida como una de las mayores chapuzas de la historia pero que siglos tras siglos sigue aguantando en pie.
Su interior es increíblemente bonito e impactante, y por segunda vez, volvió a dejarme sin palabras.
Al salir de ella, te encuentras con una de las plazas más bonitas del mundo, la plaza de Sultanahmet, con la mezquita azul a un lado, Santa Sofía al otro y de fondo el Bósforo.
Recuerdo de nuestra anterior visita un momento mágico, y fue al salir del palacio de Topkapi, a la espalda de Santa Sofía, y justo empezaba la hora de rezo y toda la plaza se inundó de esta banda sonora que salia de los cientos de minaretes de la ciudad, mientras las palomas asustadas alzaban el vuelo.
Volvimos al mismo restaurante, donde nos sirvieron un completo almuerzo para reponer fuerzas, y más tarde terminar el tour en Miniaturk, un parque en el que puedes ver toda Turquía en miniatura, situado en una zonas más alejada del centro, justo en el cuerno de oro de Estambul.
Nuestra visita finalizaba, dejando muchísimos rincones increíbles por visitar, y es que Estambul monumentalmente hablando, es una de las mejores ciudades del mundo, en cada rincón encuentras un pedacito de historia.
Si viajáis allí por libre, no podéis dejar de visitar el palacio de Topkapi, la mezquita azul por dentro, el gran bazar, el bazar de las especias, la mezquita de Suleiman el Magnifico o la iglesia de San Salvador de Cora.
Y para los que ya habéis estado allí, os recomiendo muchísimo que escuchéis este podcast sobre Estambul, os aseguro que haréis un viaje en el tiempo y espacio.
Y bueno, volviendo a nuestra aventura, regresamos al aeropuerto de Ataturk, y aun nos quedaban 6 horas para que nuestro vuelo hacia Kuala Lumpur despegara, así que nuevamente, acampamos en el Starbucks un par de horitas y después estuvimos dando vueltas sin parar por el inmenso aeropuerto. En serio, parecíamos Tom Hanks de banco en banco y de cafetería en cafetería.
Al finalizar el dia, ya en el avión, sentía que Estambul me habia vuelto a reconquistar y es que no me importaría nada volver a visitarla pronto.
10 horas y media nos esperaban sobrevolando medio mundo, hasta llegar por fin a donde tantos años llevaba deseando ir, y como imaginareis, fueron 10 horas de profundo sueño después de 36 horas sin parar.
La semana que viene, viajamos con vosotros a Kuala Lumpur y os contaremos todos los rincones que debéis visitar, y las visitas obligadas si queréis dejar grabada en vuestras retinas una imagen espectacular.
¡Que paséis un feliz martes!
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