Este tipo de circunstancias se dan más en las bodas de noche, donde las opciones de vestimenta se multiplican, al poder ir, por ejemplo, de largo, o de negro, o con lentejuelas. Todo aquello que suponga, gala, fiesta, y glamour, tiene cabida en este tipo de bodas, especialmente en las civiles donde la ausencia de protocolo es casi total.
Pero veamos una alternativa que cada vez está más de moda y que quizá no os habíais planteado aún. ¿Os ha ocurrido eso de comprar un vestido precioso para ir a un enlace y que se quede en el armario sin haberlo amortizado prácticamente nada?
Es una verdadera pena ya que estos vestidos pueden quedarse desfasados con 'una sóla puesta'. Por ello, cada vez florecen más lugares en el Internet donde se hacen eco de esta circunstancia y ofrecen vestidos que son auténticas obras de arte para lucir en una fiesta o ceremonia y que posteriormente, serán devueltos.
¿Qué os parece la idea? A mi cada vez me convence más. Las ventajas son muchas. Alquilamos un vestido de firma, por ejemplo, que comprado, rondaría los 2000 euros, y que nosotras luciremos por 200. Además, existen seguros que pagamos cuando nos llevamos la prenda a casa, ya sabéis, por el miedo a ensuciarlo o romperlo levemente.
Los handicap versan desde que el vestido, lógicamente, no será nuestro, sino que corresponderá al alquiler de un día, y que los precios de estas prendas de firma suelen ser elevados. Mientras que en una tienda de franquicia tipo Mango, podemos llevarnos un vestido de fiesta por 80 euros, en las tiendas de alquiler de firmas, no podremos hacerlo por menos de 150 o 200.
¿Me contáis qué os parece, aún así, esta idea?
Foto. Dior.