Las novias del 2012 ( y anteriores ) no teníamos a nuestro alcance esas agendas tan guapérrimas e instagrameables que han llegado con el tiempo hasta las estanterías de la Fnac.
No había agendas de novia o de boda a la venta pero las novias de entonces las necesitábamos y como ya de aquella éramos muy DIY nos las hicimos. Recuerdo que empezábamos a conocer el mundo del scrap por lo que las más habilidosas crearon las de ellas, otras crearon plantillas en Word con todos los apartados necesarios para que las más reacias al mundo hazlo tú mismo no tuvieran más que imprimir y encuadernar, otras customizaban libretas básicas… Todo valía. Todo lo que cumpliera la misión de organizar, recordar y guardar todas las citas, ideas y demás que conlleva la organización de una boda.
En el foro de moda por aquel entonces, compartíamos en un post todas nuestras ideas y nuestras agendas. Os prometo que había novias que tuvieron agendas que poco o nada tenían que envidiar a las que hoy encontramos en el mercado. Era alucinante. Las ideas, la paciencia, el diseño, el trabajo… Era alucinante todo lo que aquellas chicas trabajaban para que aquella agenda, además de agenda, fuera un bonito recuerdo.
Otras, como yo, amantes de lo DIY pero también del “lo quiero aquí y ahora” apuntábamos todo en libretas y agendas de bolsillo, no siendo pocas las veces que cuando queríamos recuperar esa nota no había manera de encontrar dónde la habíamos apuntado. ¿Me llevó esto a ponerme manos a la obra y crear una agenda de novia que fuera lo más de lo más? No. Mi lado “lo quiero aquí y ahora” ganó finalmente al lado DIY y una noche de esas en las que tenía mil y una cosas por apuntar cogí un viejo archivador de mis años de instituto, un bolígrafo plateado y mientras escribía, tarareé los versos de Ismael Serrano. Y me torcí escribiendo, como lo hago siempre.
No es la más bonita, ni es de revista pero es la mía. Y os prometo que nunca cuatro frases escritas sobre un fondo azul me gustaron tanto ni me hicieron sonreír como éstas. No todo tiene que ser perfecto y creo que este proyecto de agenda imperfecta fue la más perfecta para una novia imperfecta.