Los novios tambien sienten morriña

¡Buenas de nuevo a todos! El domingo se cumplió un añito de la razón por la que este blog existe, el pasado domingo fue nuestro primer aniversario de bodas y aunque nos hubiera encantado celebrarlo con alguna escapada especial, nos hemos conformado con un plan tranqui en casa, ya que mi estado fisico de momento no da para mucho trote. Pero a pesar de ello, no quise dejar de pasar el dia sin prepararle a Alex alguno de mis detallitos DiY, y aqui os lo enseño.

Hoy os vuelvo a hablar del evento que vivimos hace dos meses, Novias con Morriña, pero desde una perspectiva muy personal.

Como ya sabéis, el evento estaba pensado para 10 bloggers de bodas con mucha morriña por revivir su gran dia y volver a lucir sus vestidos, pero una de ellas se llevó una gran sorpresa, y esa fui yo.

Siempre he presumido de todo lo que Alex me apoya en el tema del blog y las bodas, no todos los maridos comparten de igual forma esta afición, pero lo que nunca pensé es que Alex llegaría a involucrarse tanto por mi.

En este evento estuvo ayudándome desde el minuto cero, muy a pesar de que no le hacía ni pizca de gracia las horas y horas que empleaba con el movil enganchada en whatsapp hablando con las demás bloggers.

Aquel dia, él quería estar presente para no perderse detalle de todo lo que durante meses se había organizado, así que a media mañana se presentó en el Monasterio de Montecarmelo para vivirlo todo desde la barrera.

Ajena a lo que más tarde me encontraría, bromeé con nuestra fotógrafa, Toñi Olalla pidiéndole que nos hiciera una foto con un novio muy informal. En aquel momento parece ser que a Alex se le iluminó la bombilla.



Justo al terminar de comer el completísimo cocktel que la hacienda nos había preparado, me dijo que marchaba para casa para estudiar porque andaba muy apurado para el examen que tenia en breve.

Yo seguí disfrutando a tope del evento, hasta que de pronto Ta, de Detrás de una boda me dijo algo que me cortó todo el rollo.

Conozco a Alex como si lo hubiera traído a este mundo y cuando Ta me dijo que tenia que pedirle a Alex que volviera a la hacienda porque la muchacha se había dejado las llaves de su coche en nuestro coche, quise matarla. Sabía de antemano el mosqueo que Alex se pillaría, volverle hacer ir de nuevo a la hacienda en plana tarde de estudio… madre la que me esperaba. Y no me equivoqué.

Llamé a Alex y le conté la película, no os podéis ni imaginar el chaparrón que me cayó sin yo tener culpa de nada, tuve incluso que pedirle perdón por haber dejado en su coche unas llaves que ni yo sabia que estaban allí…

Lo confieso, soy una magdalena, llorona hasta las trancas y con decirme tonta ya lloro, así que no sabia como mantener el tipo para las fotos después de la que me acababa de caer. Lo peor era contarle a Ta, que tu marido te ha montado un pollo por su culpa sin que ella se sienta culpable… ¿Culpable? ¡La madre que la parió a ella, a Alex y a todas las compinches!

Aqui estoy yo, posando con nuestras maquilladoras, aguantando como una campeona para que no se me escape ni una lagrimilla mientras pienso en la bronca que acabo de recibir y escucho a Ta erre que erre con “Tía lo siento”.



En uno de esos “Tia lo siento” Me giré hacia ella y le dije “¡Que no te rayes más y cállate ya!” y cuando me vuelvo a girar ¿Que me encuentro?





¡¡Pues a quien 5 minutos antes me estaba montando el pollo desde casa, vestido de novio y con nuestra perrita Lyra a su lado!!









¡Para matarlo!, yo todo preocupada por molestarlo y él echándome la bronca desde el aparcamiento con cuidado para que yo no lo descubriera… ¿Es para quererlo o no es para quererlo?

¿Y a las compinches donde me las dejáis? lo sabían todas desde el almuerzo y encima mi querida Ta metiendo el dedo en la yaga…



Al final resultó, que en esta casa, yo no era la única con morriña.

Siempre había querido hacerme una sesión postboda, pero sabia que Alex se negaría rotundamente a volver a vestirse de novio y a posar delante de la cámara, así que aquel día, no solo me dio aquella grata sorpresa, sino que además me concedió algo que tanto deseaba.

Otra de las cosas de las que me arrepentía del día de mi boda, era no tener ninguna foto con nuestra perra, así que aquel día pudimos matar dos pájaros de un tiro, y no solo hacernos nuestra postboda, sino tener el reportaje con Lyra.

Os dejo con el preciosisimo reportaje postboda que gracias a Toñi Olalla hoy podemos disfrutar.



























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