Es una novia muy especial para mi, por muchos motivos. El primero, es que es la mejor amiga de una persona a la que quiero muchísimo, así que imaginaros el papelón que se me presentó… encantada de hacerlo, pero con un miedito que no veas… el segundo motivo, es que la novia quería personalizar su ramo de novia con diferentes piezas muy íntimas: unos gemelos de su abuelo, el enganche de su chupetero de cuándo era bebé, unas flores pequeñitas de gasa del tocado de novia de su abuela, un recuerdo para personas que ya no están, un anillo… en fin, 15 momentos especiales y muy personales. Además, el encaje antiguo del velo de novia de su tía, que yo tenía que transformar en la base del ramo. Todo un reto.
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El resultado emocionó muchísimo, tanto a los novios, a mi amiga, como a mi misma. Fue todo un reto, que quedó precioso y se ha convertido en uno de los trabajos que he hecho que más me han gustado. Este tipo de ramos de novia me llevan muchísimo trabajo, pero lo hago encantada y lo disfruto más que nada.
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