Para bodas en bosques o entornos frondosos, recomiendo tejidos como el georgette de seda o gasas bordadas, que siempre dan un aire vaporoso a la estética del vestido, que combinadas con blondas o puntillas que generan transparencias que nos dan ese toque fresco y romántico.
Si la celebración es en la playa, el tul queda muy fluido además de darle un aire bohemio al look. Los fondos nacarados y rosados, de plena tendencia, dan un toque boho chic a los vestidos, que se pueden complementar con chalecos en chantilly muy románticos.
Para aquellas novias que realizan el banquete en entornos más urbanos o industriales y no que quieren renunciar a un vestido romántico, un chaleco superpuesto en chantilly o tules de seda es una prenda muy versátil que permite destacar el lado etéreo y más novia del look para el momento de la ceremonia, y después poder darle una vuelta con más rollo, más versátil en la parte más festiva. También es una muy buena opción para aquellas novias que no se visualizan con velo.
Se puede incluir algún detalle de tul tanto en el ramo de la novia como en la decoración de la boda para darle una continuidad al look del vestido, y así todo respira el mismo estilo.
Texto y diseño de vestido Verónica Miranda | Fotografía 1 y 3 KissandChips | Fotografía 2 Marta Perez Fotografía | Artículo elaborado para el magazine07
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