Se acerca la época de bodas y aunque la gente habitúa a casarse en fin de semana o en días festivos, siempre hay ocasiones en que esto no es así o que debemos hacer un trayecto demasiado largo que nos impide llegar a tiempo el lunes a trabajar. Igualmente, también hay muchos trabajos que obligan a trabajar a turnos y los fines de semana, imposibilitando totalmente ir a la boda. En estos casos, ¿se puede ir a la boda de un familiar sin necesidad de coger vacaciones?
¿Qué dice el Estatutos de los Trabajadores y los convenios colectivos?
Aunque es bastante sabido que si eres tú quién se casa, podrás disfrutar de 15 días naturales para el viaje de novios, pero en el caso de los invitados es un tema que no siempre queda claro. Este artículo resuelve las principales dudas.
El Estatuto de los Trabajadores no recoge nada acerca del derecho a acudir a la celebración del matrimonio de un pariente cercano, pero como te dirán en una gestoría de Barcelona si preguntas por este asunto de trabajo, te dirán que puedes pedir un permito laboral para acudir como invitado a la boda de un familiar en función de lo que dicte tu convenio colectivo. En función de este convenio, puede venir tanto señalado como permiso por matrimonio como día de asuntos propios. Estos días de libre disposición pueden usarse para otro tipo de eventos, como comuniones, bautizos o incluso vacaciones.
Por poner algunos ejemplos, el Convenio Nacional de Autoescuelas concede un día por boda de un familiar de hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad o dos si hay desplazamiento; y el Convenio Colectivo Estatal de Estaciones de Servicio, por su parte, concede un día por matrimonio de padres, hijos, hermanos o cuñados o dos si hay desplazamiento
Otros convenios colectivos, en cambio, no recogen este permiso, ni retribuido ni retribuir. En este caso simplemente queda la posibilidad de escoger días de vacaciones.
En cualquier caso, es importante tener también en cuenta que el Tribunal Supremo ha dictado sentencia para dejar claro que permisos laborales comienza el primer día laborable que le siga. Es decir, que si en un trabajo donde se libra los fines de semana y acude a una boda un sábado, el permiso debe iniciarse el lunes siguiente y no el domingo, como venía interpretando la justicia hasta la fecha.
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