Como no quería pintar las botellas enteras, coloqué una cinta para delimitar la zona que iba a colorear. Para este paso puedes utilizar cinta de carrocero o washi tape (como hice yo). Después fue tan sencillo como ponerse a usar esta versátil pintura sobre el vidrio. No quería que todas las botellas quedaran iguales así que mezclé azul y blanco para conseguir un azul degradado a blanco (pero ninguna botella queda exactamente igual).
Una vez secas, empecé a decorarlas. Verás que sencillo resulta tener tus botellas listas.
Primero coloqué una cinta rústica en la parte superior de la zona pintada que pegué a la botella con cinta de doble cara. Después hice unas etiquetas en papel de scrap que sujeté a las botellas haciendo un lazo con hilo de cáñamo. Y así, infinidad de ideas que seguro os pasan por la cabeza.
Aquí tienes el resultado final,
Con ellas decoraré una mesa de dulces que vamos a hacer en casa para celebrar con los niños que se termina el cole y empiezan “sus” vacaciones (que no las mías)… Y cuando termine la fiesta las colocaré en una habitación para decorar o quizá como centro de mesa. ¿Se te ocurre algún otro uso?
¿Te animas a pintar objetos reutilizados con chalk paint? Estoy segura de que tus botellines volverán a tener vida.
¡Sed Felices!
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