Como podéis ver, el vestido que lució Jimena es maravilloso. Con un cuerpo entero de crochet y un impresionante escote en la espalda. “La verdad es que no me lo pensé mucho, sabía que me iba a casar lo más sencilla posible y sus vestidos reflejan totalmente mi personalidad”.
Como complementos eligió los pendientes con los que se casó su madre como homenaje, ya que falleció hace 10 años, y un super tocado de Suma Cruz. “El tocado le dio el toque perfecto al vestido, ya que al ser tan sencillo necesitaba algo que destacara”, nos explica la novia.
El maquillaje y la peluquería fueron de Marieta y Ana Reina, dos apuestas seguras. “No pudieron ser mejores elecciones. Me lo pasé bomba con ellas mientras me maquillaban y peinaban y me hicieron olvidar todos los nervios (hasta nos tomamos un gin tónic durante la preparación)”.
Para el enlace eligieron la Finca Aldeallana, una finca preciosa muy cerca de Madrid. “Rocío y Victoria se ocuparon hasta del mínimo detalle y sabía que me iba a encantar el resultado, así que dejé en sus manos toda la decoración, flores y demás”. Del catering se ocupó Ciboulette: “No tengo palabras para describir lo increíbles que fueron. El equipo no pudo estar más pendiente de todo y más atento, además, la calidad de la comida aún me la siguen recordando los invitados, en especial la tarta árabe”.
Como en toda boda divertida, los novios se implicaron mucho en la fiesta y la música. Tuvieron música en directo por el grupo Sala and the Strange Sounds, que cantaron incluso “Bailando” de Enrique Iglesias, canción en la que la novia se arrancó a cantar con ellos y después a Mikistrello, que es el actual DJ de Pachá.
Para la fotografía confiaron en Click10. Tal y como indica la novia, una apuesta segura.
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