Un plan de los más apetecible que se vio deslucido por una muy deficiente organización. Todas las wedding planner sabemos que el secreto del éxito de cualquier evento es un binomio formado por proveedores de primera y una organización impecable. Bodabook no supo estar a la altura a pesar de tenerlo todo para alcanzar el éxito.
Las puertas del palacio no se abrieron hasta casi las ocho de la noche, cuando el evento estaba programado para las siete y media. Docenas de personas estábamos en la puerta desde las siete para que el desfile pudiera iniciarse con puntualidad. Pero la organización se negó a facilitar el acceso, que hubiera sido lo más lógico para permitir que los invitados nos hubiéramos registrado y colocado de forma escalonada. Ese sería sólo el primero de una serie de fallos encadenados e imperdonables.
Cuando por fin se dignaron a abrir las puertas, cientos de personas, sin nadie que pusiera orden, nos agolpamos como una masa enfurecida el día de inicio de las rebajas. Las chicas que a pie de escalera intentaban con poco éxito y menos pericia encontrar los nombres de los invitados en unas hojas mecanografiadas se veían totalmente desbordadas. Cuando conseguí aproximarme a una de ellas, para mi sorpresa mi nombre no estaba en la lista. Afortunadamente llevaba el e-mail de la responsable de organización, o tal vez sería más correcto decir de desorganización, con la confirmación en mi móvil, y no tuvieron más remedio que dejarme pasar pero a regañadientes, como si me estuvieran haciendo un favor. Después supe que muchas personas, incluso representantes de medios escritos como Lucía Se Casa o Tendencias de Boda se quedaron en la puerta porque no les permitieron pasar. Me parece totalmente indignante y creo que al menos merecen una petición formal de disculpas.
Una vez dentro las cosas no mejoraron, aquello era un auténtico caos, casi zona de guerra. Docenas de personas deambulando en busca de un sitio, nadie que te mostrara dónde sentarte, sin ropero…
Pasadas las ocho y media por fin comienza el desfile, unas preciosas y delgadísimas modelos pasan delante de nosotros a una velocidad inusitada. Una verdadera lástima que tantas semanas de trabajo de los diseñadores pasaran como un suspiro. No había maestro de ceremonias, ni pantalla explicativa. Las modelos que a la velocidad del rayo pasaban frente a nosotros sin que supiéramos de qué diseñador iban vestidas, de quién era el tocado o el autor del ramo que lucían.
En escasos quince minutos liquidaron el desfile, nos levantaron a toda prisa y empezaron a recoger las sillas, mientras los camareros del catering Cardamomo hacían su aparición portando bebidas y deliciosos canapés, y la música del DJ Hey Mickey acompañado al violín por @violinpablo nos hacían olvidar por un momento el desastre que acabábamos de presenciar.
La firma Giorgio Armani estuvo también presente promocionado su perfume Sí, con una divertida Photocall, y un fotógrafo de lo más profesional y cercano.
Fotos 8, 9, 10 ,11 y 12 propiedad de Bodabook, tomadas y editadas por @Instantanea y Toma Primera.
¡Hasta pronto!
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