Cuando empezamos a organizar la celebración y empezamos a mirar sitios para el banquete en Madrid que estuvieran cerca de la Basílica de Atocha, preferiblemente un hotel puesto que nos casábamos en noviembre, de repente me encontré con el Hotel Palace en Bodaclick, que fue el portal con el que organicé mi boda. Pedí presupuesto, se pusieron en contacto conmigo y justo una semana después de que Fernando me regalara el anillo allí estábamos visitando el Palace. ¡No me lo podía creer! Pedimos más presupuestos, pero sólo concertamos visita con el Palace y antes de salir del hotel ya sabíamos que nuestra boda se celebraría allí. Fernando dijo que por él no miraba ninguno más y ¿qué podía decir yo? si ni en mis mejores sueños me lo habría creído. Así que en tan solo una semana y con tan solo una visita ya teníamos la Iglesia y el hotel. ¡Más rápido imposible!
Eso sí, antes de dar la señal y reservarlo definitivamente, además de leer opiniones en foros de Internet (Todoboda, Bodaclick o Bodasnet) y ver que eran buenas, nos fuimos una noche a cenar allí para probar la calidad y la cantidad de los platos y probamos una carne y un pescado parecidos a los de los menús de la bodas y logramos la confirmación que necesitábamos, se comía estupendamente.
En cuanto vimos la preciosa cúpula de cristal y nos dijeron que podíamos celebrar allí el cóctel nos encantó la idea. Después nos enseñaron el salón Neptuno donde se celebraría el banquete y no nos pudo gustar más, tenía el corte elegante y clásico que nos gustaba. Y por último nos enseñaron el salón donde sería el baile, justo al lado del salón del banquete. No podía ser más perfecto. Tres ambientes, uno para cada parte de la celebración, y muy cerquita entre sí. Lo vimos muy cómodo para los invitados.
Nos atendió Iria Berna, especialista en bodas y eventos del Hotel, que fue una gran profesional y nos aconsejó muy bien en todo momento. Las cosas que más nos gustaron de este encuentro y que nos ayudaron a tomar la decisión fueron:
* El magnífico trato recibido
* Lo bonitos que eran todos los espacios propuestos
* La situación ideal que el hotel tenía con respecto al lugar de la ceremonia
* Las facilidades de transporte para los invitados
* No tenían exclusividad ni con fotógrafos ni con DJ
El aperitivo duró unos 45 minutos que creo que es tiempo más que suficiente. En mi opinión, los cócteles más largos se hacen un poco pesados, sobre todo cuando vas con tacones, y además llegas a la comida sin ganas de comer más y se desperdicia mucha comida. Cuando le preguntamos a Iria por la cantidad de comida del cóctel nos lo explicó de la siguiente forma: dos canapés de cada clase por invitado, de tal manera que a cada invitado le correspondían aproximadamente un planto llano repleto de canapés. Me pareció una forma estupenda de explicarlo y de que nos quedáramos tranquilos con la cantidad. Estos fueron los canapés incluidos en el aperitivo estándar:
Tumaca de jamón serrano
Brocheta de espárragos verdes con lomo crujiente
Tostitas de brandada de bacalao
Barquitas de rillete de pato y membrillo
Minibizcochos de salmón ahumado y salsa tártara
Daditos de gorgonzola
Pinchos de pollo con miel y soja
Minirollitos de primavera con salsa agridulce
Crujiente de morcilla
Croquetas de jamón
Una facilidad que nos proporcionó el Palace fue la de poder elaborar nuestro propio menú. Probamos los dos platos que más nos gustaban de cada tipo independientemente del menú predefinido al que pertenecieran y nos dieron el precio del menú final que configuramos y este fue el menú elegido:
Otra de las cosas que ofrecía el Palace que me gustó cuando nos decidimos por él fue que el menú incluía tarta nupcial de verdad (hay muchos sitios en los que no hay tarta o te ponen una artificial) y que podíamos cortarla. Y esa misma tarta que cortamos se sirvió junto al postre a los invitados. En la degustación del menú probamos tres tipos de tarta nupcial, la San Marcos, la Selva Negra y la Milhoja. Escogimos la de tipo San Marcos porque además de que estaba deliciosa es la preferida de mi marido.
Para el cóctel nos comentaron que cerraban la cúpula con unos cordones rojos para los invitados a la boda, pero que hasta unos quince días antes no nos podían asegurar que el cóctel se pudiera celebrar allí. Si no podía ser allí, se celebraría en el salón Cervantes, un saloncito redondo (la esquina del hotel que da a la plaza de Neptuno) que precede al salón del banquete. También era muy bonito y además era más íntimo que la cúpula, por lo que no me preocupó en ningún momento que se celebrara en un lado o en otro. Finalmente pudo ser en la cúpula y quedamos encantados porque además del entorno tan especial que proporciona, había sofás, sillas y mesas y los invitados que quisieron pudieron estar sentados durante el cóctel. En las mesitas que había en el cóctel dejaron hojas con el seating plan para que la gente fuera mirando cuál era su mesa.
El momento en que vimos el salón por primera vez estaba montado para una boda que había ese mismo día, por lo que nos pudimos hacer muy buena idea de cómo sería el día de nuestra boda. Os aconsejo que visitéis el salón un sábado por la mañana y así habrá muchas posibilidades de que lo veáis tal cual estará el día de vuestra boda. Elegimos el salón Neptuno que fue el que nos propusieron según nuestro número de invitados (140). Es un salón precioso en tonos blancos, dorados y con espejos, con ventanas al exterior y vistas a la Fuente y la plaza de Neptuno (de ahí su nombre). Se puede dividir en tres partes con unos paneles que tienen a modo de paredes desmontables y que permiten adaptarlo desde eventos de 30 hasta 250 invitados. En la web del hotel podéis encontrar un planificador de eventos virtual que os muestra la capacidad de cada salón y su situación y en el que podéis elegir hasta la colocación de las mesas y ver la simulación de cómo quedará el salón con el montaje que elijáis, incluso con el color de las fundas de las sillas (blanco, negro o mostaza). Es una herramienta muy útil.
La barra libre se celebró en el salón Cortes. En el lateral izquierdo estaba la barra, en el centro al fondo estaba el DJ y en el lateral derecho mesitas con sillas. Quisimos poner chucherías y se las llevamos el día antes y ellos se encargaron de colocarlas en bols repartidos por todo el salón, en las mesitas y en la barra, para que todo el mundo tuviera acceso a ellas en cualquier momento.
Las cortesías que nos ofrecieron por celebrar allí la boda fueron las siguientes:
* Prueba de menú
* La noche de bodas en una de las mejores suites disponible con desayuno buffet en el Restaurante o desayuno continental en la habitación. ¡Mi sueño cumplido! Nos dieron la habitación a las 16:00 del día de la boda y nos habían dejado allí bombones y cava y un regalito que no os desvelo por si queréis celebrar allí vuestra boda que sea una sorpresa. La suite es una pasada y merece la pena pasar la noche allí para que la magia de ese día tan especial se alargue un poquito más para los novios. Recuerdo con mucho cariño cuando nos sentamos en el sofá a tomar los bombones y el cava cortesía del hotel y comentar la boda y Fernando me dijo que había sido un día perfecto y que no cambiaría nada.
* 2 plazas de parking para el día de la Boda.
* Tarifa especial de alojamiento para invitados
* Además, nos regalaron la decoración floral de las mesas, según las flores de temporada (no las pudimos elegir pero nos encantaron).
El día de antes de la boda les llevamos los meseros, las chucherías, la figura de la tarta y los detallitos para los invitados y ellos se encargaron de colocarlo todo y de sacarnos los detallitos cuando los necesitamos.
Según nuestra experiencia recomiendo totalmente celebrar allí la boda, porque en todo momento el trato fue excelente, tanto por parte de los responsables de eventos, como por parte del maître y por los camareros. Nos dieron tranquilidad, se ajustaron a nuestras peticiones y no tuvimos ni el más mínimo problema. Volvería a celebrar allí mi boda sin duda.
Como ya hemos pasado dos aniversarios, los hemos celebrado cenando allí y siempre pido dorada para recordar el menú de la boda. El primer aniversario vimos pasar a un camarero con una porción de tarta San Marcos y le preguntamos si podrían ponernos un trozo ya que no estaba en carta y nos invitaron a tarta San Marcos con cava para felicitarnos. En el segundo aniversario tuvieron este bonito detalle con nosotros:
Para terminar con los momentos especiales que he vivido en este hotel desde entonces os voy a contar lo que me pasó la semana pasada. Resulta que estaba en Facebook y ví que el Hotel Westin Palace hacía un sorteo para el brunch con ópera que hacen todos los domingos, pero en esta ocasión especial del día de la madre para 4 personas. Había que mandar un correo respondiendo a varias preguntas y entre las acertadas se realizaba el sorteo ¡Y gané! No me lo podía creer, empecé a saltar por toda la casa y llamé a mi madre para darle la buena noticia. Lo pasamos fenomenal, comimos de maravilla y fue un día de la madre muy especial, ya que mi madre no había vuelto desde nuestra boda y le hizo mucha ilusión.
Y hasta aquí mi experiencia con el Hotel Westin Palace. Espero que os sirva si estáis pensando en celebrar vuestra boda allí o para tomar ideas para la organización de vuestra boda.