De la mano de The Experialist (si todavía no conoces su cuidado trabajo puedes visitar su ficha en nuestra guía de proveedores) hoy te mostramos este Mediterranean elopement en el que no falta detalle. ¿Quieres conocer qué se escode detrás de esta bonita sesión? Adéntrate en este “perspicaz interrogatorio”.
¿Cuál es tu filosofía?
Mi máxima es que no creo sólo eventos, sino experiencias de vida para recordar. Mi objetivo es organizar eventos que toquen el alma, que enamoren y dejen huella, y para conseguirlo me sirvo de mi espíritu creativo y experiencia en el sector moda, que aportan el toque trendy y diferenciador que las parejas buscan hoy en día para su boda o eventos sociales. Creo que la vida es para saborearla y exprimirla hasta la última gota, y por esa razón quiero que mis clientes disfruten no sólo del evento, sino de todo el proceso de creación, diseño y planificación, como una experiencia irrepetible en su vida que recordarán para siempre.
¿Cómo fue el estilo del evento?
El mar mediterráneo es una parte fundamental de mi vida. Amo este mar, su luz y, especialmente, la Costa Brava, que es una de las costas más increíbles e hipnóticas de Europa y del mundo. Por esa razón decidí realizar esta editorial de inspiración, Mediterranean elopement, en Cala s’Alguer, una idílica villa de pescadores.
Es un shooting simple, humilde, romántico y natural, porque la vida mediterránea es así. Creo en la belleza de los pequeños detalles, en la vida real y en la gente feliz, y eso es lo que intenté reflejar en estas fotografías y con los elementos que componen la escena.
¿Qué gama cromática usaste?
Me basé en tres conceptos que me recordaban al mediterráneo, que se materializaron en tres colores principales: el sol, el agua del mar y la arena. Por eso jugamos con el amarillo y el dorado, el azul aguamarina y los tonos amarronados. Todo ello sobre un lienzo blanco impoluto, que no puede faltar en cualquier paraje marinero.
Cuéntanos si hubo rincones decorados en el evento
Ideé tres espacios muy sencillos, ya que el propio entorno ya vestía muchísimo como decorado:
La ceremonia: donde el fondo y el marco eran el mar, las rocas y los pinos marítimos, y sólo incluí algunas damajuanas y jarrones vintage coloreados a mano en tonos azul verdosos, marrones y amarillos. El broche lo puso la vegetación seca que acompañaba a las flores amarillas y azules, ya que, al fin y al cabo, la Costa Brava es también secano.
La mesa del banquete: donde fuimos pintando, como si de un lienzo se tratara. Sobre la madera blanca añadimos el camino amarillo de estampado típicamente balear, los jarrones y flores de tonos azulados, las copas marrones con relieve de estilo provenzal, el toque brillante y sofisticado de los cubiertos dorados y, como última pincelada, los platos y carteles de color taupé con los nombres escritos a mano en oro. El toque marinero quería que fuera muy sutil y lo conseguí añadiendo únicamente unas conchas de tonos grisáceos y amarronados similares a los combinados en la mesa.
El rincón de la tarta: Aquí cambié el telón de fondo y nos centramos en el amarillo, el verde y el blanco. Colocamos como elementos decorativos una red de pescador beige que quise que pasara bastante inadvertida, un cesto de croché del mismo tono que sirvió como macetero para unas flores silvestres, una damajuana gigante verde y una mesa de hierro forjado con acabado cobre oxidado que contrastaba perfectamente con la puerta de fondo y nos servía de soporte para unas románticas tartas rústicas blancas decoradas con flores amarillas.
¿Qué flores se usaron en la decoración?
Se utilizaron delphiniums azules y retama principalmente, acompañadas de distintas hierbas secas para aportar el carácter árido de la costa mediterránea. En el pastel se colocaron también ranúnculos blancos.
¿Y en el ramo de la novia?
En el ramo de la novia se utilizaron flores más extravagantes pero que también encajaban con el aire árido que quería darle a la decoración. Se utilizaron las proteas y las rosas para dar el toque de color, y las suculentas para seguir en la gama de colores verdosos.
¿Creasteis objetos hechos a mano para la ocasión?
Los carteles de los nombres se escribieron a mano, la decoración floral de la tarta también la hice yo personalmente, y hasta las conchas eran cogidas directamente del mar.
¿Cómo fue la decoración de la mesa?
Como comentado arriba, nos basamos en 3 conceptos/colores y la ayuda de Cañigueral fue inestimable, ya que con sus originales elementos conseguí el aire mediterráneo que buscaba pero sin caer en los tópicos marineros y obteniendo un resultado muy elegante, que era el objetivo principal.
La repostería también es importante, ¿cuál fue el pastel? ¿Hubo mesa dulce?
Como comentado anteriormente, las tartas eran tremendamente sencillas, porque la idea era captar la simplicidad del ambiente desenfadado de la Costa Brava, al mismo tiempo que románticas. Y creo que Sweet Mama consiguió exactamente lo que pretendíamos. Las flores las proporcionó Moshi y yo misma las coloqué en las tartas.
Siéntete libre de explicarnos cualquier otra anécdota que se te ocurra.
Lo más curioso de este shooting es que lo hicimos en tiempo record, porque se avecinaba una tormenta tremenda. En el último momento adelantamos la sesión una hora y media, porque vi que la previsión de lluvia se adelantaba. Gracias a que no era un set muy complicado y a que tuve unos ayudantes magníficos (Núria Cienfuegos, Laura de Cañigueral, Cinta de Ribbon, mi queridísima hermana y assistant Lidia, y dos encargados de montaje excepcionales: mi marido y el novio de Núria), pudimos acabar justo a tiempo para que no se nos empapara nuestra dulce modelo (María de Dalmases). Aun así, tuvimos que resguardarnos en una de las barracas de pescadores durante un buen rato, mientras nos comíamos unos snacks de chocolate y algo de fruta que habíamos llevado como tentempié. Podríamos haber hecho muchas más fotos si la climatología hubiera ayudado un poco, pero eso también hizo que las fotos fueran muy naturales y poco impostadas, y que viviéramos una anécdota que nos unió. Ya sabes, como cuando ibas de excursión con el colegio, acababas perdido y empapado en medio del bosque con tus compis y, al llegar al autobús, lo vivías como toda una aventura con final feliz. ¡De todo hay que sacar la parte positiva!
Organización The Experialist | Fotografía Nuria Cienfuegos | Repostería Sweet Mama | Flores Moshi Floristería | Vestido de novia Verónica Miranda | Joyería Hilos de Plata | Zapatos Castañer | Maquillaje y peluquería Ribbon Art and Hairstyle | Menaje Cañigueral Mesas con esencia | Diseño gráfico Michele Pinna
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