Lauren Renee
El día de la boda es uno de los días más importantes para una persona, y por supuesto, todos queremos que los seres queridos estén presentes. El padre de Jeni Stepien murió en el año 2006, pero 10 años después pudo presenciar la boda de su hija con su corazón.
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Michael Stepien, el padre de la novia, era donante de órganos y así, después de su muerte, su corazón fue donado a Arthur Thomas. El enfermo había esperado más de una década el transplante de corazón y gracias a eso sigue viviendo.
Lo curioso es que 10 años después, Arthur Thomas recibió una carta que decía: “… soy la hija del hombre cuyo corazón late dentro de tí, y me caso el 6 de agosto. Te importaría acompañarme al altar?”
Arthur acudió a la boda y acompañó a la novia como lo hubiera hecho su verdadero padre. “Fue un honor muy grande para mi” – dijo el hombre.
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La boda fue muy emocionante para todos. La hermana de la novio comentó que “abrazar a Arthur le hizo sentir como si su padre estuviera allí de nuevo, que fue importante para ella aquel día. Es lo que necesitaba.”
Esta no es la primera vez que sucede algo así, para muchas personas existe un sentimiento más espiritual que necesitan uno de los días más importantes de su vida.