Yo, que si de algo estoy enamorada es de las cajas cartón (ok, de mi churri también) no he podido resistirme a la petición: ¡sí quiero!
No soy nada de tragedias, para que os hagáis una idea: antes de ver una película, pregunto cómo termina, si termina mal, no la veo. No está una para pasar malos ratos for free.
Una de las historias que más rabia me da, es la de Romeo y Julieta. Vamos a ver, almasdecántaro ¿cómo la podéis liar de esa manera? Seguramente, si Julieta hubiera manejado la situación, la cosa habría acabado mejor. Haced caso a Julieta, queridos míos, y todo irá como la seda.
Por mi parte, he decidido cambiar tamaña tragedia y darles un final feliz: Julieta y Romeo, se casan y además, van a hacer un invitación la mar de mona. Van a pasar estos días, hombro con hombro recortando, pintado y brindando con vino, mientras celebran su amor.
Para hacer esta invitación desplegable, necesitaréis:
– Caja
– Papel grueso
– Troqueladora en forma de corazón
– Cuter o tijeras
– Pegamento de papel
– Acuarelas y pincel
– Imprentilla
– Cordel
– Etiquetas
Vamos a aprovechar que la caja viene desmontada, para decorarla.
Primero le he hecho un troquel con forma de corazón en la solapa.
Luego la he pintado con acuarelas para hacer el “suelo y el cielo”. Es mejor hacerlo rápido y sin mojar demasiado, pero si se comba un poco, no pasa nada. Una vez seca y montada vuelve a su forma original.
Como me gusta mucho el toque handmade que dan las imprentillas, la he usado para poner los nombres y la fecha. Además, si tienes muchos invitados ¡es muy cómodo!
Cuando esté seca, montamos la caja. Es súper fácil y una vez que has hecho la primera, ya coges carrerilla. En la página de Selfpackaging, tenéis las instrucciones en video de cada cajita.
Para las figuras que van en el interior, yo he recreado un ambiente natural y he puesto a los protagonistas. Pero podéis personalizarla con el lugar dónde vayáis a hacer la celebración o un sitio especial y una foto vuestra ¡seguro que se os ocurren más ideas!
Al imprimirlo, tenéis que aseguraros de que no sobrepasa el alto de la caja al cerrarla. En este caso, la caja mide 11,5 cm por dentro, así que los árboles, que van detrás, tienen una altura de 10cm y los novios, que van más hacia delante, tienen una altura de 6,5cm.
Si queréis el dibujillo, aquí os lo podéis descargar.
Recortamos todas las figuras, dejando un pequeño margen y doblamos la parte de abajo. Las cortinas y la cola de la novia, las he dejado hacia delante, como si estuvieran en el suelo. Los árboles, los he doblado hacia atrás.
Los pegamos a la caja, asegurándonos de que al cerrar, queda dentro.
Para hacer el efecto de desplegable, recortamos unas tiras finas del mismo papel y doblamos en forma de zeta. El centro de la zeta, debe ser tan largo, como la distancia que haya de la figura a la parte de detrás.
Pegamos un extremo en la figura, y otro en la tapa. De esta forma, al abrirse se formará el desplegable.
¡Y ya sólo nos queda cerrar nuestra invitación! Yo le he metido confeti, he usado un cordón rojo y una etiqueta de corazones, para poner el nombre de nuestro invitado. Además, en la propia caja, se puede incluir un papel con la información del lugar, horarios, etc.
¡A mi es una idea que me encanta! Quizás no sería mi elección para mil invitados, pero para una celebración más intima, o sorprender a los invitados más especiales, me parece perfecto.
¿A ti alguna vez te han sorprendido con una invitación especial?
¿O tú has sorprendido a alguien? ¡Cuéntamelo!
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