Se trata de colocar en el sitio donde celebres el banquete o el cocktail cuerdas de tender bien largas. Al lado de estas cuerdas, sitúas una pequeña mesa con tarjetas, bolígrafos y pinzas de colgar la ropa. La idea es que los asistentes se acerquen y escriban mensajes en cuerdas para los novios, un deseo, una vivencia, un recuerdo, lo que se les ocurra. Después, esas tarjetas serán colgadas en las cuerdas de manera que cubrirán dos tareas en una: serán una decoración improvisada muy bonita y proporcionarán el toque tierno de la boda.
Además de los mensajes en cuerdas para los novios, se me ocurre que, si tenéis a vuestra disposición antiguas cámaras Polaroid, podéis dejarlas también en la mesa para que los invitados puedan hacerse fotografías graciosas y espontáneas y colgarlas también en la cuerda.
Sin apenas esfuerzo, esa cuerda se convertirá en una pequeña recreación de vuestra vida y vuestro entorno y, además, creo que se convertirá en uno de los mejores recuerdos que guardar de ese día tan importante.
¿Qué os parece la idea? ¿No os parece algo muy especial?