Con buena organización y algún ayudante podrás acondicionar el entorno gracias al bricolaje en una boda, que ganará mucho con una planificada agenda de arreglos en pintura y albañilería. Bajo tu experta dirección, muros blanqueados, puntos de iluminación y diversos montajes sencillos darán vistosidad y elegancia al recinto más humilde, sin apenas realizar desembolsos. Te indicamos un variado lote de faenas que puedes asumir.
A menudo, una pieza anodina del jardín se convierte en el adorno protagonista con sólo una sesión de experimentado bricolaje. Prestemos atención sobre todo a las fuentes y elementos de agua, no olvidando limpiar también por dentro si presentan verdina.
La entrada del camino particular ofrecerá, posiblemente, un aspecto mejorable. Pilares de obra y verjas metálicas quedarán a la altura de las circunstancias con una mano de pintura.
Los retoques de pintura son el trabajo esencial en muchas zonas de la celebración. Dado que dichas tareas se harán preferiblemente en el exterior, para realizarlas sin estorbo en el plazo requerido consultaremos los partes meteorológicos.
Un capítulo esencial, el coche de la novia. Con frecuencia, alguien dispone de un vehículo clásico pero lo tiene en mal estado de conservación. Lo dejaremos como nuevo abrillantando los cromados, dando pulimento a la pintura y nutriendo el cuero de los asientos.
Las carpas que cubren las mesas son muy necesarias tanto en tiempo lluvioso como cálido. Si sólo las alquilamos y las montamos por nuestra cuenta, ahorraremos una partida a la organización.
Un capítulo muy importante, sobre todo cuando hay personas mayores, son las luces de exterior para indicar la presencia de escalones, bordillos o cualquier riesgo de caída. No son raras las bodas donde alguien sufre un accidente, que se podría haber evitado con toda facilidad.
Usando plantillas, que encontraremos en cualquier almacén de pintura, podemos decorar fácilmente muros, bancos y paredes con alegres motivos multicolores.
¡No olvidemos la comida! Sobre todo en las bodas de mañana tenemos mucho campo de actuación: si nos manejamos bien con la albañilería podemos construir una barbacoa; quienes tengan oficio con la soldadura podrán fabricar una parrilla especial para el evento.
Otro detalle que la novia nos agradecerá es un pequeño cofre, donde guardar los típicos recuerdos para los invitados: llaveros, marcapáginas... Lo fabricaremos en madera, que podremos teñir con betún de Judea para darle apariencia más antigua.
Puertas, ventanas, postigos, celosías, pérgolas y cualquier elemento rústico de madera debe ser adecentado para la ocasión. Con darles simplemente aceite de linaza exhibirán un acabado lustroso y elegante; podremos, además, utilizar el mismo producto en suelos de barro.
Un jardín ofrece numerosas posibilidades para colocar esos pequeños detalles que complacen a las novias. Podemos, por ejemplo, poner en las plantas siluetas de animales hechas de hojalata, que ganan considerable atractivo si las pintamos en varios colores.
Y por último, recordemos siempre que el mejor adorno en una boda son las flores. Nuestra colaboración en este capítulo será aguzar el ingenio, buscando en el jardín o en las inmediaciones, para descubrir qué cachivache servirá como espectacular florero central.