No quiero que me entendáis mal, yo también fui novia y perdí los nervios. Ellos están hechos de otra pasta, no sufren por que todo salga perfecto, no se desviven hasta el final por conseguir lograr cada detalle, ellos por el contrario, aceptan las cosas tal y como son, y en este caso más de una debería aprender un poco sobre esta filosofía.
Pues nada chicas manos a la obra, este post va dedicado a todas vosotras, a todas las que próximamente diréis vuestro “Sí, quiero” y no queréis volveros locas en el intento. Os merecéis disfrutar al 100% del que será uno de los días más importantes de vuestras vidas.
Al lío:
Decidir vosotros dónde, cómo y cuándo será vuestra boda. No hagáis caso en ningún caso a las opiniones externas que siempre estarán ahí para recordaros lo que ellos harían o dejarían de hacer.
Rodearos en Petit Comité de aquellas personas que os aporten emociones positivas. Tener personas de confianza en las que apoyaros, desahogaros, y con las que contar para ayudaros a organizar algún que otro preparativo de la boda, os hará vivir momentos maravillosos disfrutando de vuestra boda desde el minuto cero.
No os embarquéis en una boda que no podáis afrontar. Quiero decir con esto las comparaciones son odiosas, y vuestra boda será bonita porque vuestro amor es bonito, sea como sea vuestra celebración. No hay que meterse en bancales económicos de los que no se pueda salir.
Haz en tu boda lo que realmente quieras hacer. Nada es absurdo, nada es una tontería, NADA. Todo lo que te apetezca que esté en tu boda valdrá la pena hacerlo, porque te identifica a ti, a él, y a vuestra pareja. No dejes que nadie te haga sentir que quieres hacer tonterías en tu boda.
Se fiel a ti misma. Las inseguridades durante la organización de una boda son más que habituales. Debes asumirlas, pero en ningún caso debes dejarte vencer por ellas. En cualquier caso, lo primordial es tener la seguridad de que todo lo que haces, lo haces con mucho mimo y dedicación para todos los asistentes a vuestro enlace.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Cuando se comienza a preparar una boda parece que no pasen los días y el tiempo se convierta en infinito, te relajas y piensas, “uff es pronto todavía, en unos meses comienzo a hacerlo”. ERROR, todo lo que puedas hacer cuanto antes te servirá para ahorrar mucho tiempo durante los meses cercanos a la boda, y te liberará de una ansiedad tremenda.
Relativiza y da a cada cosa la importancia que merece. Nos ahogamos en un vaso de agua, eso es natural, pero justo en ese instante es cuando debes respirar y decirte a ti misma: ¿realmente es tan importante?. Nada lo es, así que no te dejes llevar por ese mar de ansia.
Debes ser resolutiva. Si algo va en una misma línea y por algún motivo externo o interno debe de modificarse, no te regocijes en pensar porque ha salido mal, todo lo contrario, pasa página y busca la manera de arreglar la situación o lo que sea, e incluso mejorarlo, ¿por qué no?
Juntos frente al mundo. Si tanto tú como tu pareja permanecéis unidos durante la organización de vuestra boda, podéis estar seguros de que todo será un éxito. Las redencillas preboda son muy normales, pero no os dejéis llevar por ellas. Si os apoyáis el uno al otro, y conseguís afrontar cada situación unidos, el 90 % del camino estará hecho.
Disfrutar al 100%. Olvídate de todo una semana antes de la boda. Ese ya no es momento de organizar nada, es momento de darlo todo y comenzar a disfrutar del momento, de la gente que quieres, y de lo feliz que eres. ¡Olvídate y a disfrutar al 100% del que será uno de los momentos más maravillosos de tu vida! No he querido daros la chapa, pero quiero que seáis conscientes de todo esto, y que no permitáis que los mismos nervios puedan hacer que seamos las principales encargadas de boicotear nuestra boda.
¡ A ser felices y comer muchas perdices!