Las mesas pueden ser rectangulares y largas si queréis que se sienten a muchos invitados juntos, separándolos por edad, parentesto, etc. Si preferís un ambiente más íntimo es mejor apostar por mesas redondas y con un número más limitado de invitados.
En el primer caso, podéis emplear centros de flores más coloridas con velas, mientras que el segundo, al ser más romántico, quedará más acorde con velas redondas e, incluso, candiles, vasos o tarros que las porten. Otra manera de decorar es mediante la papiroplexia, con la que podemos crear flores o mariposas de papel.
Para que cada invitado sepa en que sitio debe sentarse o el menú, podemos ser imaginativos y colgarlos de una cuerda con pinzas, meterlos en botellas o usar otra manera. Algunas podrán ser reutilizadas al final para que se depositen los sobres de dinero.
Los postres suelen presentarse en buffet con distintos tipos a elegir. Podemos exponerlos dentro de muebles abiertos de par en par, sobre mesas, o en superficies hechas a base de troncos. Una buena idea es escribir con buena letra los tipos de platos que hay en una pizarra.
Si durante la hora de la comida hace demasiado sol, es recurrente utilizar carpas decoradas con móviles, farolillos o guirnaldas de colores. Además, si el enlace es diurno podemos sustituir las antorchas por ramos de flores, consiguiendo un halo más especial.
La zona de la ceremonia quedará muy elegante con sillas blancas y pétalos del mismo color esparcidos por el suelo, mientras que la idea más alegre es decorarlos con ramos y cintas de colores chillones. Aprovechar la vegetación para darse el sí bajo arcos de enredaderas también es una decoración muy recurrente.
¿Qué os parece? ¿Tenéis alguna idea más?