Así que para que tu piel luzca radiante ante el altar, sigue estos sencillos consejos:
Come de manera saludable, sin excesos. Sigue una dieta rica en frutas, verduras y cereales. Evita alimentos ricos en azúcares y pobres en fibra.
Bebe agua. La cantidad diaria recomendada es de más o menos dos litros. El agua ayuda a hidratar la piel.
Exfolia la piel. Sólo cuando la piel se haya librado de impurezas y de las células muertas, los poros absorberán todos los beneficios de los tratamientos de belleza.
Utiliza los productos más adecuados a tu tipo de piel. Déjate aconsejar de un buen profesional, él sabrá indicarte los tratamientos que necesitas.
Tras la exfoliación, la hidratación de la piel mejorará su elasticidad. Para ello es importante elegir una buena loción hidratante. Los codos, pies y manos requerirán mayor atención nuestra.
La piel de la cara requiere cuidados más especiales. Utiliza diariamente un gel limpiador de impurezas, un tónico astringente que cierre los poros, un tónico específico para tu tipo de piel (evita los brillos si es grasa o la equilibra si es muy seca) y una buena hidratante facial con refuerzo para el contorno de ojos.
¿Sabías que el jugo de pepino es un excelente astringente para una piel radiante? Aplicar pepino en el rostro ayuda a cerrar los poros de la piel.
Dedícate tiempo para mimarte en cuerpo y alma. Nada mejor para combatir el estrés que un baño relajante, con sales y aceites esenciales o un buen masaje.
Evita exponerte demasiado al Sol. Una exposición prolongada al sol causa quemaduras en la piel.
Realizar un ejercicio apropiado no sólo mantiene tu cuerpo en forma al regular el oxígeno, también mejora el brillo de tu piel.
Asegúrate un buen descanso. De 6 a 8 horas de sueño ininterrumpido es la mejor manera de rejuvenecer la piel.
Ahora que ya conoces diferentes consejos para lucir radiante y hermosa el gran día, no hay excusas. A hidratar la piel, comer sano y relajarse, amarás el resultado.
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