Me encanta decorar galletas con glasa y que mejor pretexto para hacer estas de boda que se case la hija de una amiga con el hijo de una vecina. Deseo que seais muy felices Cristina & Felipe.
Cuando empecé a decorar galletas me di cuenta que parece más fácil de lo que es, se necesita paciencia y práctica para que te salgan por lo menos presentables, o al menos esa es mi opinión, pero como todo en la vida es práctica y más práctica aquí os dejo una más, que además de bonitas están riquísimas.
Como preparar las galletas:
Ablandar la mantequilla a punto pomada.
Mezclar con varilla manualmente el azúcar tamizado con la mantequilla.
Echar las yemas, el aroma y mezclar bien.
Añadir la harina tamizada poco a poco e ir envolviendo pero sin amasar demasiado simplemente hasta que esté integrado todo bien.
Colocar entre dos papeles de horno y estirar hasta conseguir el grosor que os guste.
Dejar enfriar en la nevera mínimo una hora, despues se cortarán y manejarán mejor.
Sacar de la nevera cortar y colocar sobre una bandeja de horno.
Horno precalentado a 180º / Hornear 12 minutos.
Como cada horno es un mundo una referencia buena para saber cuando están es ver que las puntas empiezan a dorarse.
Decorar con glaseado real:
Para preparar el glaseado es mejor que vayais a mi receta allí os doy una pautas para preparar la glasa.
He utilizado colorante negro y rosa de Wilton y dos boquillas redondas finas, una más fina que la otra.
Se rellena primero la forma que se quiera hacer.
Las fotos ayudan más que las explicaciones.
Cuando esté seca esa primera capa pasaremos ha hacer los adornos con el glaseado un poco más espeso que para el relleno y colocaremos la boquilla más fina.
Ya os he dicho antes que es cuestión de práctica, pero poco a poco se consigue.
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