Pero… ¿es todo tan bonito como parece? Preparar una boda conlleva multitud de tareas, es cierto que a veces resulta agotador pero es algo que se hace con tanta ilusión que ni siquiera el cansancio molesta. Cuando pasa el gran día, ese con el que muchas soñamos desde pequeñitas, nos damos cuenta que es ahora cuando empieza nuestra nueva vida, una etapa nueva repleta de cambios.
Y esos cambios a veces no son como teníamos planeado. No porque nada vaya mal en el matrimonio, sino porque las cosas suelen resultar más difíciles de lo que parecen al principio, cuando estás eligiendo dónde viajarás y que vestido llevarás en tu gran día. La convivencia no se asemeja mucho a esto, y siempre hay que ceder más que cuando eres una persona soltera.
Ahora las decisiones son cosa de dos y a veces las cosas cuestan más de lo que imaginamos cuando soñábamos con vestirnos de princesas. Pero en el fondo, yo soy de las que piensan que el amor mueve montañas, y si de verdad quieres a esa persona, todo lo demás vendrá rodado. ¡Feliz San Valentín!
Imagen: devilsthumbranch.com